Pulsa aquà para descargarte y seguir leyendo ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para descargarte y seguir leyendo ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para descargarte y seguir leyendo ... - La Web Cristiana
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
305<br />
Cuando Dios dice que en los últimos tiempos será levantada su iglesia, todos pensaron que<br />
se trataría de cada una de esas congregaciones que todos conocemos. No encajan sus estructuras<br />
con esa palabra, pero en fin, lo hemos creído.<br />
<strong>La</strong>mento desilusionar a varios. <strong>La</strong> Palabra profética sigue intacta, vigente y en plena actividad<br />
progresiva. Dios está levantando a su Iglesia. ¿Adonde? Aquí mismo. Y ese “aquí mismo” lleva<br />
adosado el nombre de tu nación. Para mí es Argentina, <strong>para</strong> ti la que corresponda.<br />
¡¡Pero es que no la veo!! ¿Cómo que no la ves? Perdón… ¿Adonde la estás buscando? –<br />
Pues donde debe ser, en los templos evangélicos. ¡Ah! ¡Por eso no la has visto! <strong>La</strong> Iglesia, te<br />
recuerdo, es los que son llamados a salir fuera. Muy bien; son muchos los que ya hemos salido.<br />
(Verso 6)= Porque así dice Jehová de los ejércitos: de aquí a poco yo haré temblar los<br />
cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; (7) y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el<br />
Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos.<br />
Jesús, recuerda, llegó buscando ver cual era el estado de la Casa de su Padre. Según sus<br />
propias palabras, encontró una cueva de ladrones. El volverá otra vez <strong>para</strong> ver la misma cosa. ¿Qué<br />
hallará? Mucho me temo que si nos quedamos en Babilonia, lo mismo.<br />
Pero si salimos a tiempo y comenzamos a edificar conforme a los planos del estudio de<br />
arquitectura del Señor, el resultado podrá ser distinto. Y esa será la Casa que Él llenará con su<br />
gloria. De otra, es imposible siquiera suponerlo…<br />
Porque en una cueva de ladrones subsisten individuos que, entre otras cosas, buscan su<br />
propio beneficio negociando con las cosas sagradas de Dios. No lo dudes. Esto podrá no tener<br />
importancia hoy por causa de las costumbres mundanas. Pero esto es la Iglesia, y el día que Dios la<br />
visite, ¡¡<strong>La</strong> tierra va a temblar!! El problema es que no te encuentre a ti allí.<br />
¿Y como será esa gloria de Dios inundando nuestra Casa? ¡Oh! ¡Que tremendo será poder<br />
verlo y vivirlo! Sí, pero no esperes que sea algo que comience a descender de las alturas como si<br />
fueran frágiles y livianas plumas. <strong>La</strong> gloria de Dios llenará Su Casa (Nosotros) cuando Cristo tenga<br />
espacio <strong>para</strong> moverse en ella.<br />
(Verso 8)= Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.<br />
(9) <strong>La</strong> gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los<br />
ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.<br />
(10) A los veinticuatro días del noveno mes, en el segundo año de Darío, vino palabra<br />
de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: (11) Así ha dicho Jehová de los ejércitos:<br />
Pregunta ahora a los sacerdotes acerca de la ley, diciendo: (12) si alguno llevare carne<br />
santificada en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella tocare pan, o vianda, o vino, o aceite,<br />
o cualquier otra comida, ¿Será santificada? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: No.<br />
(13) Y dijo Hageo: si un inmundo a causa de cuerpo muerto tocare alguna cosa de<br />
estas, ¿Será inmunda? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: Inmunda será.<br />
(14) Y respondió Hageo y dijo: así es este pueblo y esta gente delante de mí, dice<br />
Jehová; y asimismo toda obra de sus manos; y todo lo que aquí ofrecen es inmundo.<br />
Vamos por partes: si nosotros somos – En efecto – <strong>La</strong> Casa, y la paz va a emanar de ella,<br />
eso va a ser, indudablemente, porque primero esa misma paz inundará nuestro corazón. Si yo no<br />
tengo paz en mi vida no puedo pretender ministrarle paz al mundo. ¿Tienes paz? En tu respuesta<br />
está la respuesta a tus interrogantes con respecto a si salir o no de Babilonia.