Jornadas Internacionales de Transporte

102 GUSTAVO KIPPES
ejemplo, a través de un subsidio operativo automático, que no dependa de las crisis
macroeconómicas. O bien una parte de tarifa y una parte de subsidio, pero automático,
no sujeto a la discrecionalidad ni al presupuesto que se discute todos los años. Además,
tiene que ser a largo plazo, de lo contrario, no se puede programar. Es decir, se elabora
una inversión, se comienza y al año siguiente no quedan recursos porque el Tesoro tiene
que cumplir con una meta de déficit que inhabilita los recursos del ferrocarril. Entonces,
al otro año, llamo al proveedor y a los contratistas para renegociar, y así se termina pagando
cuatro veces lo que salía al principio. Esa es la historia del ferrocarril y la de la
mayoría de las empresas que estaban en el presupuesto del Estado nacional.
ASISTENTE: ¿Se puede dar como el sistema vial que tiene una forma directa de financiarse?
GUSTAVO KIPPES: Sí, puede ser ese o alguna otra forma. Se puede poner un
fideicomiso, que una parte de un recurso vaya a un fideicomiso y eso se derive al ferrocarril.
De lo contrario, es imposible planificar. ¿Cómo se hace para planificar el
ferrocarril cuando se tienen obras a cinco años y al segundo año el Estado se queda
sin financiamiento?
ASISTENTE: En este momento se está hablando de un subsidio a la producción de
autos, cuando estamos importando catorce o quince mil millones de dólares para la
importación de combustibles. En realidad, si destinamos una parte de eso a ferrocarriles,
no estaría mal.
GUSTAVO KIPPES: No soy partidario de casi ningún tipo de subsidios, salvo de aquellos,
como en el caso de ferrocarriles, agua, salud pública, en donde se ve con claridad que
existe una externalidad, o sea, que si se deja que el privado pague por sí mismo no va a
comprar la cantidad del bien que se necesita, va a comprar menos. Entonces hay que darle
un pedacito. Por eso hablaba de subsidio a la demanda y no a la oferta, que financia
directamente a todos. Siempre hablo de subsidios a la demanda, porque permiten focalizar
a aquel que, efectivamente, necesita; los subsidios a la oferta le dan tanto a quien necesita
como a aquellos que no, que pueden viajar en tren o pagar una mayor tarifa de electricidad
o gas. Eso es estúpido, con perdón de la palabra. Si uno encuentra gente que no puede
y que merece, bueno, démosle una mano. Pero a ellos, no a todos. Esto ya es un tema de
política general.
ASISTENTE: Una última pregunta, profesor. Usted hablaba de transporte, yo considero
que habría que tener un plan estratégico de infraestructura para nuestro país porque nos
estamos olvidando una parte importante de ese ejercicio.
GUSTAVO KIPPES: Por supuesto.
Asistente: Cuando proyectamos nuestra producción en granos, 120 millones de toneladas,
por ejemplo, debo proyectar en qué cantidad de tiempo y cómo lo voy a hacer.
No olvidemos que estamos diciendo que de la única manera que vamos a crecer es con
el agro y la agroindustria. Entonces, puedo tener distintos modelos de contratos de concesión,
de lo que quiera, pero no puedo llevar a cabo la proyección porque el costo de
transporte para llevarlo al puerto y a los mercados internacionales crece continuamente.
GUSTAVO KIPPES: Totalmente de acuerdo. Bueno, les agradezco mucho la atención
que me han dispensado y espero que les haya sido de utilidad.