Jornadas Internacionales de Transporte

208 FERNANDO MANZANARES
en un proceso de renacimiento. Ahora, este organismo de control tiene que vivir más allá
de las épocas, de las de vacas gordas, de las vacas flacas, de la decisión política protren
o de la decisión política contra el tren. Tiene que tener una capacidad de actuación sobre
el sistema que sea oportuna en el tiempo.
Aquella información que la CNRT recaba, y que sirve para advertir al propio sistema,
tiene que producir cambios en tiempo real. En este punto están concentrados los esfuerzos
que estamos realizando. Y esa manera de actuar va más allá de sancionar, porque el
tiempo nos ha demostrado que las sanciones no han sido un mecanismo eficaz para cambiar
conductas de operadores. Sancionar se sancionó siempre. Más, menos, pero siempre se
sancionó, y los operadores que fueron malos siguieron siéndolo al día siguiente porque son
muchas variables las que se juegan.
El desafío de hoy es cómo intervenimos en el sistema de manera inmediata, porque
no sirve de nada detectar que una zapata de freno de tal unidad está corrida, informárselo
al operador, intimarlo a que lo arregle y dentro de tres meses emitir una sanción que va
a ser apelada una vez, dos veces, tres veces, luego judicializada, para después trabar un
embargo y discutir, finalmente, la cantidad de dinero que debe pagar el operador por esa
zapata de freno. Ese proceso dura unos cinco años, y es un absurdo. Lo que se necesita
es que ese tren no salga en esas condiciones, lo que se necesita es un operador que
reaccione y lo que necesitamos es que haya un Estado que tome decisiones respecto de
su operador no por una zapata de freno, sino por una serie de conductas que se vieron
en el pasado y que desafiaron al Estado hasta un punto en el que todos, posteriormente,
nos tuvimos que lamentar. Esto necesita normas, aunque tampoco alcanza con eso.
Necesitamos herramientas de comunicación nuevas, y siempre la decisión política respecto
a actuar en el hoy y el ahora.
Como han visto, tenemos muchísimas inspecciones en la calle. Sabemos el día a día
de la vía, lo conocemos, se lo conoce desde hace años. No es una novedad, no tenemos
que salir en búsqueda del conocimiento, es algo que sabemos y que alimentamos todos
los días dentro de nuestras bases de datos. Contamos con personal muy consciente de
la situación que se vive. Creo, a Dios gracias, que en breve podemos empezar en algunas
líneas a decir que estamos saliendo del período de emergencia. De hecho, creo que en
algunas ya estamos saliendo. Muchas cosas se han hecho en el último tiempo. Lo cierto
es que si volvemos a entrar en periodos emergencia, si hay líneas concesionadas, operadas
por privados u operadas por el mismo Estado que no están en condiciones de mantener
ese rol de operador, es la CNRT responsable de que algo cambie en la realidad. Y es a
ese lugar al que nos dirigimos.
Esa responsabilidad implica cambios de todo tipo, cambios de normas, y, sobre todo,
de mentalidad. Debemos hacer mucha docencia interna, nosotros y cada uno de los que
opera sobre el tren. Hay que cambiar mentalidades que vienen de un proceso muy duro,
de mucha resignación frente a un sistema que se caía. Y debemos ejercer el rol que nos
fue asignado, que muchas veces no es simpático, porque somos en algún punto la policía
del transporte ferroviario. No podemos renunciar a ello, porque las consecuencias se ven
en la vía.