Jornadas Internacionales de Transporte

198 ANA MILLÁN, CAROLINA CATANI, RAÚL BARIDÓ Y GERARDO OTERO
sin perder las libertades individuales que nos ha costado tanto recuperar y sin convertirnos
en una sociedad rigurosa, tomando datos de esa realidad para ver cómo la adecuamos.
Y el comportamiento no sólo en materia ferroviaria sino en otros sectores de la comunidad
se manifiesta de otra manera. Hasta en los propios colegios hay manifestaciones
de violencia que en otra hora parecían inconcebibles. ¿Vamos a ponerles policía a los
chicos? No.
ASISTENTE: La otra pregunta es acerca de la industria ferroviaria. Duele un poco para
un país que en 1960 fabricaba y exportaba material ferroviario, importar material de China,
que en esa época andaba en carritos. Está bien hacerlo porque no hay más remedio,
hay que apagar el incendio de alguna manera. Ahora, medidas de protección, no. Pero
sí tratamiento igualitario. ¿Hay algún indicio en el sentido de que se vaya a empezar con
eso? Por ejemplo, incluyendo a la industria naval: ¿Se pueden importar barcazas usadas
o barcos usados? ¿Se puede importar material ferroviario usado y no un auto usado porque
existe una fuerte protección del lobby de las industrias automotrices? Sería muy barato
tener un auto usado de Japón, pero no se puede. Entonces, ¿por qué no un tratamiento
igualitario que prohíba la importación de material ferroviario usado, de barcazas usadas,
de barcos usados? Es una pregunta específica, ya sé que no lo pueden solucionar ustedes,
que se necesita una legislación nacional. La pregunta concreta es si se está trabajando
en el sentido de conseguir un tratamiento igualitario, tomando como base lo que pasa en
la industria automotriz.
ING. RAÚL BARIDÓ: No quisiera monopolizar las respuestas. Sí señalar algo, estamos
trabajando con la localización de las empresas que tengan adelanto tecnológico y que nos
aporten con un grado de compromiso e integración creciente en el tiempo. Se está trabajando,
y creemos que lo vamos a materializar. Ahora, lo que usted pregunta es algo
que se ha manifestado en distintos eventos, es decir, ¿por qué recurrir a China? ¿Por qué
China? Primero, porque hay elementos económicos y de tiempo que aconsejaron y que
determinaron que lo mejor era China. Y de hecho, la prueba la estamos viendo. Lo de la
industria nacional, creo que así como el Poder Ejecutivo está haciendo un esfuerzo significativo
de dar un salto de calidad importante, ellos van a estar a la altura del desafío.
Una de las cuestiones que se está haciendo con CIFRA, que es la Cámara de Industrias
de Fabricantes de elementos ferroviarios, es tener reuniones con otros diseñadores de
trenes a los efectos de que les den todas las características de los trenes. Ya se hicieron
dos reuniones, para que ellos estén en condiciones de ver cómo migran con sus productos
a través de elementos que pueden llegar a producir: parabrisas, en principio; pastillas de
freno a disco, distintos tipos de cañerías, etc. De esa manera se van adecuando para ser
los proveedores locales del material de mantenimiento de los futuros trenes. Eso se está
realizando ahora; inclusive queremos para el mes de octubre realizar un congreso junto
con ellos. Ahora, estamos en la instancia de dar un salto superior, que es la fabricación
local con integración de todos los talleres que pueden pasar a ser fábricas, a construir
ferropartes para esa producción de ferrocarriles. Con la ayuda financiera, quizá de algún
país como China, podemos ser oferente de productos ferroviarios fabricados en la Argentina,
como efectivamente ocurrió hasta la década del sesenta, no sólo en materia ferroviaria,
sino en muchos otros aspectos.