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cosas35 - The International Raoul Wallenberg Foundation

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también en la necesidad de un Estado palestino autosustentable protegido<br />

por las fronteras anteriores al 4 de junio de 1967 y a propósito<br />

de la masacre de la flotilla que intentó romper el cerco de Gaza,<br />

aunque reconozco que no se enojaba cuando le decía que EE.UU. no<br />

sólo había perdido dos torres gemelas sino dos guerras gemelas, la de<br />

Afganistán e Irak juntas.<br />

Pero era un placer polemizar con él. Se armaba de paciencia, de<br />

argumentos, de datos históricos e intentaba convencerme, pese a que<br />

por momentos le parecía una misión imposible.<br />

Hoy debo reconocer que en varios temas lo logró, aunque fuera<br />

parcialmente, aunque sólo en pocos de ellos se lo reconocí, más por<br />

no dar el brazo a torcer que por orgullo herido. Sé que su espíritu o<br />

simplemente su memoria se pondrá contenta de mi tardía confesión.<br />

Pero no todo era discrepancia. Hubo coincidencias. Respetaba a la<br />

izquierda uruguaya. Le tenía cierta envidia porque llegaba a los corazones<br />

de los más humildes, desalojando a su partido, que antes, mucho<br />

antes, en las primeras décadas del siglo pasado había sabido conquistarlos,<br />

con ardides pero también con hechos justos e igualitarios<br />

como los diseñados por el reformista del sobretodo largo.<br />

Me decía una y otra vez, que su partido se iba a renovar y retomaría<br />

la senda del batllismo. Cuando le afirmaba que los vientos de la historia<br />

sólo dejaron en pie a los partidos de ideas y no de tradiciones y que<br />

si su cuadro no se ponía a pensar no podría salir más del purgatorio<br />

de la anacronía, me contestaba que la experiencia de su partido en la<br />

construcción del Estado, jamás iba a ser superada por las formaciones<br />

socialistas, que recién gateaban en los salones del poder.<br />

¿Pero, dónde estaba la coincidencia Él quería que se fortaleciera<br />

el ala progresista de su partido. Rechazaba la derechización que los<br />

arrojó al averno. Y yo también. Porque sigo creyendo que existen dos<br />

partidos, el del cambio social y el del statu quo y es bueno para el<br />

179<br />

Semblanzas de Nahum Bergstein

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