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cosas35 - The International Raoul Wallenberg Foundation

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76<br />

Nahum y Nelly se dieron vuelta. Parecía un rascacielos que se nos venía<br />

encima. Nelly ya no gritaba pero los demás nos desgañitamos. De los 18 que<br />

éramos al inicio, quizás fuésemos ahora 9 o 10 los que todavía estábamos allí.<br />

¡Nadie estaba como para contar cuántos quedábamos! Eufóricos y en shock al<br />

mismo tiempo. Hasta que nos dimos cuenta que no habíamos sido avistados<br />

por la embarcación de rescate. Éramos un manojo de cabecitas mojadas que<br />

apenas sobresalían en la superficie oscura del mar. Seguimos gritando con el<br />

último resto de energía que el grupo de sobrevivientes (milagrosamente) conservaba,<br />

pero no superábamos al ruido del motor. La nave mientras tanto avanzaba<br />

directamente hacia nosotros y tan desahuciados nos encontrábamos que<br />

ya no teníamos fuerzas para arrastrar la tabla ni siquiera un centímetro, aun a<br />

sabiendas que sería la última vez que tendríamos que hacerlo. ¡Alguien contaba<br />

con un silbato! El barco se detuvo 7 . Nos salvamos. Volvimos al mundo del cual<br />

habíamos salido hacía ya unas cuantas horas. Todavía no había amanecido; las<br />

noches son largas en los inviernos del sur.<br />

El salvataje se logró gracias a los esfuerzos del telegrafista. En un acto de<br />

auténtico heroísmo, hasta último momento estuvo lanzando SOS al mundo,<br />

hasta que pereció alcanzado por las llamas. Murió sin saber que el primero de<br />

sus SOS, a las 3:45 AM, había sido milagrosamente captado en Río Santiago,<br />

la base de ejercicios navales de la Armada Argentina. Horas después, dos buques<br />

de ésta última –el King y el Muratore- proseguían la labor de rescate,<br />

dificultada debido a la niebla que no levantaba. Cuando más tarde ésta cedió<br />

comenzaron a visualizarse las balsas y las personas “entabladas” flotando por<br />

doquier. Nosotros fuimos rescatados por el King (que, según se dice, reaparecería<br />

años más tarde en la Guerra de las Malvinas).<br />

7 Este esfuerzo final resultaba innecesario. El King era un barco al que recurría la Armada Argentina<br />

para efectuar sus maniobras y luego supimos –Nelly visitó el barco cuando éste ancló<br />

en Montevideo- que contaba con radar y que nos habían detectado. En el aparato aparecíamos<br />

como puntitos muy cercanos, por eso avanzaba hacia nosotros tan despacio, tan sólo procuraba<br />

aproximarse lo máximo posible.<br />

No estamos solos

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