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cosas35 - The International Raoul Wallenberg Foundation

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ces recordé otras cosas que también tuvieron a Nahum de protagonista,<br />

casi todas con cariño y nostalgia.<br />

Conocí a Nahum cuando yo tenía 15 años. Nelly ya era su novia.<br />

Éramos muy jóvenes y sentíamos que el mundo nos pertenecía. Pero<br />

Nahum como el que más: el mundo estaba ahí, para vivirlo, para gozarlo<br />

y también para enfrentarlo y contar con las fuerzas para salir airoso de ese<br />

desafío que es la vida y que en ese momento se abría para nosotros. Creo<br />

que esa línea magnífica de Borges le calza -me cuesta decir “le calzaba”-<br />

perfecto a Nahum: “su hospitalidad para recibir todas las experiencias<br />

vitales del ser, amigas o aciagas” 12 . Fue un gran “anfitrión” de esas vicisitudes<br />

de la vida. A los 18 años conformábamos una “barra” inseparable<br />

de cinco parejas, un quinteto inolvidable: Lalo y Juana Biderman,<br />

Felipe y Juanita Levinson, Oscar y Berta Olesker, Nahum y Nelly, Mario<br />

Kronenberg y yo. Pertenecíamos a la organización juvenil sionista Hanoar<br />

Hatzioní. Formábamos una piña y todo se hacía a sabiendas que los otros<br />

también participarían. Basta con decir que cuando llegó “la época de los<br />

matrimonios”, ¡buscábamos fechas próximas una de la otra para coordinar<br />

las respectivas lunas de miel!<br />

Nahum y Oscar eran muy amigos, entrañables. Todos los días se sentaban,<br />

a última hora de la tarde, en el “Sorocabana” de 18 de Julio y Andes.<br />

Cuando llegaba la cuenta cada uno ponía la mano en el bolsillo y no la<br />

sacaba. Con el mozo delante empezaban: “hoy te toca a ti”, “no, a ti”. Y<br />

así podían pasarse cinco minutos hasta que el mozo, que los conocía de<br />

memoria, decidía quién iba a pagar. Se había convertido en un juego que<br />

repetían casi a diario con la complicidad del mozo que también se divertía<br />

de lo lindo.<br />

Luego, con los años, nuestros caminos tomaron derroteros diferentes<br />

pues así precisamente es la vida. Nahum siguió su carrera de abogado;<br />

12 Jorge Luis Borges, Otras Inquisiciones. Emecé Editores, Buenos Aires, 1960. (N. del E.)<br />

No estamos solos

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