Espectro Autista: definición, evaluación e intervención educativa
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Recursos Didácticos<br />
La compresión del autismo y el concepto de conducta desafiante<br />
El estudio profundo del autismo, de su mundo particular, misterioso y opaco, debe<br />
ofrecernos las vías de interpretación de sus manifestaciones comportamentales que nos<br />
permitan una <strong>intervención</strong> crítica y comprensiva, como señala Tamarit. La <strong>intervención</strong><br />
de las conductas desajustadas en las personas con autismo, debe entenderse como un<br />
desafío a nuestra capacidad de enseñarles habilidades que les permitan su adaptación,<br />
de forma que el mundo que les rodea sea mucho más comprensible para ellos.<br />
Con el objetivo de afianzar un enfoque de <strong>intervención</strong> centrado en la construcción<br />
de habilidades (¿qué conductas queremos que realice en el futuro en un determinado<br />
contexto?) frente a enfoques centrados en la patología (¿cómo podemos eliminar una<br />
conducta desadaptada?), Emerson en 1995 propuso el concepto de conducta<br />
desafiante: “una conducta desafiante es una conducta culturalmente anormal de tal<br />
intensidad, frecuencia o duración en la que es probable que la seguridad física de la<br />
persona o de los demás corra serio peligro, o que es probable que limite el uso de los<br />
recursos normales que ofrece la comunidad, o incluso se le niegue el acceso a esos<br />
recursos”.<br />
El término desafiante no hace referencia a conductas realizadas intencionalmente<br />
por una persona para desafiar a su interlocutor; el desafío se dirige a los servicios y<br />
recursos estimados a su desarrollo personal y social. Un comportamiento desafiante no<br />
debe centrar nuestra atención en la culpa de quien lo manifiesta, sino en el contexto en<br />
el que se produce y en los recursos disponibles para favorecer que, ante una situación<br />
similar futura, el comportamiento se torne en ajustado y eficiente. De esta manera,<br />
hablar de trastorno de conducta centra la atención en la persona que lo padece; sin<br />
embargo, hablar de conducta desafiante debe hacernos reflexionar acerca de cómo se<br />
tiene que disponer el contexto de acción y qué habilidades debemos enseñar a la<br />
persona para que exhiba conductas pertinentes ante una situación determinada.<br />
La distinción conceptual entre trastorno de conducta y conducta desafiante no debe<br />
considerarse como baladí, ya que tomar parte por una postura u otra puede condicionar<br />
nuestras creencias acerca del problema, además de determinar los recursos que<br />
ponemos en marcha para dar respuesta a los retos que estas personas nos plantean<br />
como educadores (Male, 2003).<br />
En síntesis, la <strong>intervención</strong> central que permita que las peculiaridades conductuales<br />
de los autistas encuentren alternativas eficientes en el contexto interpersonal debe<br />
basarse en la enseñanza de habilidades sociales y comunicativas que faciliten a la<br />
persona con autismo obtener pistas para la predicción de las conductas de sus<br />
interlocutores y así poder ajustar las suyas propias a lo que el otro espera de ella<br />
misma. En este sentido el concepto de teoría de la mente propuesto por Baron-Cohen,<br />
Leslie y Frith en1985 cobra especial relevancia.<br />
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