Espectro Autista: definición, evaluación e intervención educativa
Espectro Autista: definición, evaluación e intervención educativa
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<strong>Espectro</strong> <strong>Autista</strong>: <strong>definición</strong>, <strong>evaluación</strong> e <strong>intervención</strong> <strong>educativa</strong><br />
vocabulario que llega a ser impropio por su excesivo rebuscamiento. En<br />
ocasiones el tono y la prosodia son impostados, hasta el punto de parecer un<br />
lenguaje impropio y artificial. Por otro lado, si se analiza en profundidad, en su<br />
lenguaje suelen aparecer algunas limitaciones pragmáticas y raramente éste<br />
suele usarse de forma metafórica o figurada (la compresión de chistes es<br />
incipiente o nula en estas personas).<br />
2. Los niños y adultos con Síndrome de Asperger tienen capacidades normales de<br />
inteligencia impersonal pero limitada en situaciones en las que debe conjugarse<br />
con habilidades empáticas, y habilidades extraordinarias en ámbitos<br />
restringidos; aunque este último aspecto no parece suponer un síntoma<br />
diferencial claro entre el Síndrome de Asperger y el Autismo de Alto<br />
funcionamiento. Sally Bloch-Rosen (1999) señala que aunque el déficit<br />
intelectual se asocia al Autismo en aproximadamente el 75% de los casos, la<br />
<strong>definición</strong> del DMS-IV admite niños sin retraso mental. No hay ninguna pauta<br />
para el diagnóstico, que sea específica y universalmente aceptada para el<br />
diagnóstico del AAF. El AAF puede diagnosticarse apropiadamente cuando se<br />
reúnen los criterios diagnósticos del DSM IV y el Cociente Intelectual<br />
observado en los tests de inteligencia se encuentra dentro de los valores de<br />
normalidad. En comparación con el Síndrome de Asperger, el AAF tiene un CI<br />
inferior, con menos diferencias entre las puntuaciones verbales y las<br />
manipulativas. Sin embargo, en el Síndrome de Asperger, el CI verbal es<br />
superior al manipulativo. En el caso de niños con Síndrome de Asperger suele<br />
haber más historias familiares de padres afectados que en los casos de AAF. Y,<br />
por último, se puede señalar que la torpeza motora suele ser más característica<br />
del Síndrome de Asperger, mientras que los manierismos motores<br />
estereotipados y repetitivos (p. ej., sacudir o girar las manos o dedos, o<br />
movimientos complejos de todo el cuerpo) pueden aparecer más en asociación<br />
con el AAF.<br />
Rivière (1997) presenta una síntesis de características del Síndrome de Asperger:<br />
La presencia conjunta de “autismo”, lenguaje formalmente normal, inflexibilidad,<br />
competencias cognitivas altas y peculiaridades motoras y expresivas notables (quizá<br />
también de “habilidades extraordinarias” en algún aspecto y fase del desarrollo)<br />
permite distinguir con bastante claridad el Síndrome de Asperger.<br />
Por tanto, siguiendo la propuesta de Rivière, se puede definir de forma sintética el<br />
síndrome de Asperger a través de las cinco características siguientes:<br />
1. Trastorno cualitativo de la relación: incapacidad de relacionarse con iguales.<br />
Falta de sensibilidad a las señales sociales. Alteraciones de las pautas de<br />
relación expresiva no verbal. Falta de reciprocidad emocional. Limitación<br />
importante en la capacidad de adaptar las conductas sociales a los contextos de<br />
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