Espectro Autista: definición, evaluación e intervención educativa
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<strong>Espectro</strong> <strong>Autista</strong>: <strong>definición</strong>, <strong>evaluación</strong> e <strong>intervención</strong> <strong>educativa</strong><br />
Para el entrenamiento concreto de habilidades sociales que corresponde al<br />
momento de ejecución, Bellini propone el uso de técnicas tales como: intervenciones<br />
medidas entre pares en contextos naturales, entrenamiento en el reconocimiento y<br />
comprensión de emociones a través de las expresiones faciales, promover situaciones<br />
que obliguen a realizar contactos recíprocos (Bellini propone una actividad<br />
denominada “el reportero” a través de la cual el niño debe realizar una entrevista a<br />
otros compañeros sobre cualidades simples de su persona), el uso de historias sociales,<br />
las dramatizaciones y el rol-play y el modelado a través del uso de grabaciones de<br />
vídeo.<br />
Las Historias Sociales son una estrategia con frecuencia usada para enseñar<br />
habilidades sociales a los niños con TEA. Una historia social es un acercamiento no<br />
intrusivo que presenta a los niños con TEA conceptos y reglas sociales bajo la forma de<br />
breve narración. Esta estrategia se puede utilizar para enseñar un gran número de<br />
habilidades sociales y de normas de comportamiento, tales como el uso de normas de<br />
cortesía, las reglas de un juego y otras habilidades de interacción y comunicación tales<br />
como iniciar contactos y conversaciones y saber mantenerlas. Gray (1995) propone una<br />
serie de componentes esenciales que deben contener las historias sociales para que sean<br />
verdaderamente acertadas: la historia se debe escribir en respuesta a la necesidad<br />
personal del niño; debe ser algo que el niño desea leer; la narración se tiene que ajustar<br />
a la capacidad y el nivel de la comprensión; y, por último, debe utilizar menos términos<br />
que dirijan el comportamiento y más oraciones que se dediquen a describir<br />
comportamientos adecuados, de tal manera que permitan al niño decidir qué hacer, más<br />
que darle una única posibilidad de actuación.<br />
La historia social se ajustará a los niveles de funcionamiento y a las capacidades<br />
lingüísticas de los distintos chicos con TEA, pero como regla general, estas historias<br />
deben aparecer acompañadas de dibujos, pictogramas o fotografías, y también, pueden<br />
utilizarse viñetas para representarlas o aprovechar las grandes posibilidades que el<br />
ordenador brinda para describir visualmente la realidad. Con el fin de completar la<br />
información acerca del uso de historias sociales en chicos con TEA de alto<br />
funcionamiento puede consultarse el trabajo de Gray (1998).<br />
Estévez Macarro y otros (2002) del centro APNABA (Asociación de padres de<br />
niños autistas de Badajoz) han utilizado esta metodología de las historias sociales para<br />
mejorar la interacción social y el comportamiento de los niños autistas con distintos<br />
niveles de funcionamiento. Estos autores señalan que, a través del uso de historias<br />
sociales, han conseguido solventar las dificultades que los alumnos poseen para<br />
entender las claves que rigen distintos contextos de interacción y de situación; han<br />
logrado ayudarles a pensar sobre las mismas y sobre los diferentes aspectos implicados<br />
(estados emocionales y mentales de otras personas), así como sobre las consecuencias<br />
de sus propias acciones, tanto a corto como a largo plazo. Igualmente, han permitido<br />
desarrollar otras habilidades diferentes, alternativas y más adaptativas, para hacer<br />
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