Espectro Autista: definición, evaluación e intervención educativa
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Recursos Didácticos<br />
trastorno autista. Se utilizan fármacos psicotrópicos para combatir determinados síntomas<br />
o grupos de síntomas y los trastornos comórbidos de cada paciente. Cada sujeto presenta<br />
un perfil de respuesta que le es propio y no es extraño que el fármaco que produce<br />
una respuesta excelente en algún paciente produzca en otro respuestas paradójicas.<br />
Los medicamentos más utilizados en las personas con autismo son los<br />
neurolépticos, substancias que producen un bloqueo de los receptores dopaminérgicos.<br />
De entre ellos el más empleado es el haloperidol que, a dosis bajas, se ha mostrado útil<br />
para promover el aprendizaje, controlar síntomas conductuales y reducir los niveles<br />
excesivos de actividad. Algunos neurolépticos más recientes, como la risperidona,<br />
parecen más beneficiosos en algunos pacientes al mismo tiempo que se toleran mejor y<br />
entrañan menos riesgos.<br />
Los antidepresivos clásicos y los ISRS (Inhibidores Selectivos de la Recaptación<br />
de la Serotonina) como la fluoxetina, fluvoxamina, paroxetina, sertralina etc. se han<br />
utilizado para los síntomas depresivos, la ansiedad y los comportamientos ritualizados.<br />
Los psicoestimulantes (metilfenidato), los neurolépticos, los anticomiciales<br />
(carbamazepina, valproato, gabapentina...), los B-bloqueantes y la clonidina pueden ser<br />
útiles para controlar la impulsividad. El metilfenidato se puede utilizar para los niños<br />
que presenten déficit de atención con o sin hiperactividad y para los hipoactivos.<br />
Los tratamientos de carácter farmacológico tienen gran peso en su aplicación para<br />
responder al autismo. Sin embargo, y a pesar de que esta práctica se lleva haciendo<br />
durante los últimos 30 años, algunos autores cuestionan esta metodología pues, a su<br />
juicio este aspecto del tratamiento no recibe la atención que merece y se puede<br />
cuestionar su utilización desde muy diversos parámetros.<br />
No obstante, aunque el autismo sea un síndrome complejo, sin respuesta absoluta<br />
desde el punto de vista farmacológico, se dispone de medicamentos que han<br />
demostrado su eficacia a la hora de disminuir otros problemas frecuentemente<br />
asociados como la irritabilidad, las crisis del comportamiento, la ansiedad, la<br />
hiperactividad, o los problemas del sueño. Al actuar sobre esos síntomas, los<br />
medicamentos mejorarán la calidad de vida de las personas con autismo y facilitarán su<br />
accesibilidad a otras medidas <strong>educativa</strong>s y sociales. Hay que destacar que, al igual que<br />
en otros pacientes especialmente vulnerables, los psicofármacos deben ser<br />
administrados con cautela y control clínico adecuado (Posada y otros, 2005).<br />
Las conclusiones del grupo de estudio de los Trastornos de <strong>Espectro</strong> <strong>Autista</strong> del<br />
Instituto Carlos III (Fuentes-Biggi y otros, 2006) después de un riguroso metaanálisis<br />
de la eficacia de un importante número de terapias, señalan que no hay un único<br />
método universal óptimo para estos trastornos y proponen una tabla que sintetizan las<br />
conclusiones a las que se llegaron en el mencionado estudio:<br />
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