Espectro Autista: definición, evaluación e intervención educativa
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Recursos Didácticos<br />
48<br />
“¿dónde buscará Sally su canica?”<br />
Se presentan entonces dos tipos de creencias:<br />
Creencia verdadera: el niño SABE que la canica está en la caja.<br />
Creencia falsa: el niño SABE que Sally CREE que la canica está en el cesto.<br />
Baron-Cohen, Leslie y Frith encontraron que el 80% de su muestra de niños con<br />
autismo contestaron incorrectamente. Por el contrario, la mayor parte de los niños<br />
normales de 4 años, así como el 86% del grupo de niños con síndrome de Down,<br />
contestaron correctamente. Fueron capaces de atribuir una falsa creencia a Sally: “Sally<br />
cree que la canica está en el cesto” aunque el niño sabe que la canica realmente está en<br />
la caja, pues ellos vieron que Anne hizo ese cambio.<br />
De los niños autistas de alto nivel cognitivo que participaron en el experimento<br />
sólo 4 de 20 pudieron otorgar una falsa creencia a Sally. Los otros 16 niños<br />
respondieron a sus propias creencias. Es decir sólo el 20% fue capaz de atribuir el<br />
estado mental del otro, lo que se conoce como metarrepresentación.<br />
La Teoría de la Mente, así planteada, define la incapacidad que presentan las<br />
personas autistas para tener en cuenta el estado mental de los otros, es decir lo que<br />
están pensando o deberían pensar. En el caso del test de Sally y Anne, el niño autista no<br />
se da cuenta de que Sally no vio que Anne había cambiado la pelota de cesta y por<br />
tanto al volver lo lógico es que buscara su pelota donde la había dejado. En realidad, lo<br />
que hace el niño autista es tener en cuenta sólo su propio pensamiento. Su respuesta<br />
errónea se produce porque se basa sólo en lo que ha visto y no puede imaginar lo que el<br />
otro está pensando.<br />
Sin embargo, el Autismo no sólo se caracteriza por la existencia de este tipo de<br />
alteraciones, lo que limita de alguna manera la explicación que ofrece la Teoría de la<br />
Mente. Existen algunos aspectos, que se describen, asimismo, en el artículo de Happé<br />
(2001), que han sido corroborados por informes de padres sobre el desarrollo de sus<br />
hijos y que no pueden explicarse en base a una incapacidad para conocer el estado<br />
mental de los otros. Estos aspectos son los que se recogen a continuación:<br />
- Repertorio restringido de intereses<br />
- Deseo obsesivo de invarianza<br />
- Islotes de capacidad<br />
- Capacidades de “idiot savant” (impresionantes en 1 de cada 10 niños autistas)