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Leer-el-pensamiento-del-Libertador-economia-y-sociedad1

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las lluvias en abril; la culminación d<strong>el</strong> Escorpión en julio y agostomarca <strong>el</strong> apogeo de la seca. Los cursos de agua valorizan lastierras por donde cruzan; la calidad y la composición d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>odeciden la riqueza o la ruina. Los frutos d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o se almacenanen la cocina o en trojes. En <strong>el</strong> corral cantan los gallos y picoteanlas gallinas que proveen los huevos o <strong>el</strong> caldo. Seguramente lasconversaciones sobre lluvias, sequías, buenas o malas cosechas,fecundidades y plagas llenan las sobremesas, pero raramenterecurren en los libros.Los habitantes de Caracas viven cerrados a este paisaje esplendoroso.No hay rastros de él en <strong>el</strong> cuadro que pinta JuanPedro López sobre “Nuestra Señora de la Luz”, patrona de laciudad. La santa gravita sobre unas cuantas manzanas y calles,por una de las cuales avanza una procesión. Los pintores de laColonia retratan personajes c<strong>el</strong>estiales, mandatarios u obispos,nunca paisajes. La naturaleza es materia de alegorías, nuncade examen o de gozo. Para la mente medieval, e incluso parala barroca, la naturaleza agreste es p<strong>el</strong>igrosa, hostil, amenazadora,su espontaneidad tiene algo de pecaminoso. Sólo la aceptadomesticada y obediente a la geometría d<strong>el</strong> jardín barroco.Alejandro de Humboldt testimonia en su Viaje a las regionesequinocciales que prácticamente a nadie se le había ocurridoescalar la cima d<strong>el</strong> Ávila. Ello sucedía a pesar de que <strong>el</strong> llamadoCamino de los Españoles conectaba a la ciudad mediante unatortuosa vía por las faldas d<strong>el</strong> monte tut<strong>el</strong>ar.La pedagogía de Simón Rodríguez abre una nueva perspectivapara <strong>el</strong> niño Bolívar. El maestro no encierra al discípuloen un aula: le abre <strong>el</strong> gran libro d<strong>el</strong> mundo mediante paseos,excursiones, travesías por la naturaleza para entonces espléndidad<strong>el</strong> Valle de Caracas. Rodríguez es admirador de Rousseau;quizá ya lo es para cuando ejerce de preceptor de Simoncito.Rousseau y los románticos que en él se inspiran sostienen qu<strong>el</strong>os pueblos son más puros cuanto más cercanos a la Naturaleza;la civilización no haría más que corromperlos. Rousseau esbotánico y dibuja con mano maestra los vegetales que estudia yclasifica. Rodríguez, que tiene aspiraciones de científico, seguramenteda la mayoría de sus lecciones en <strong>el</strong> libro abierto de la

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