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en contra de dichas certificaciones al Jefe de la División o, en sudefecto al Comandante Militar de la Provincia en que se hallase<strong>el</strong> cuerpo o compañía” (Barret et al., 1961, T.II: 96-97).Disminuir <strong>el</strong> fraude, que ha sido excesivoComo en otros sitios de la Gran Colombia, contribuye almalestar social la completa anarquía en lo r<strong>el</strong>ativo a la asignaciónde los haberes militares. Así lo resume Bolívar a travésde la extensa memoria que su Secretario, José Rafa<strong>el</strong> Revenga,presenta al ministro de Hacienda <strong>el</strong> 23 de mayo de 1827: “Eldesorden que en <strong>el</strong>la indico se extendía como era natural a laconcesión y pago de los haberes militares. Se han dado íntegrosa personas que dejaron de existir desde antes que empezarala época asignada; pero esto ha sorprendido menos al <strong>Libertador</strong>que ver que se hayan concedido a personas que nuncahan militado o que sólo como caminantes o por custodiar suspropiedades se han ceñido alguna vez la espada. No se tienentodavía los estados de haberes declarados que ya se han pedidoa todas las comisiones; más espanta la crecida cuantía d<strong>el</strong>o que después de repartidos todos los bienes nacionales quehabía en los llanos se ha tomado prestado a virtud de la ley de23 de julio d<strong>el</strong> año 13°. para satisfacer haberes; y espanta aúnmás <strong>el</strong> número de reclamos que a pesar de <strong>el</strong>lo existe todavía.Estime Ud. de aquí, cuántos no se habrán dado indebidamente;y añade Ud. a esta culpable libertad la falta de diligenciaen cuidar de las propiedades confiscadas o sólo secuestradas,y la que ha habido en secuestrar y aún en descubrir las que laley condena. De aquí es que casi no hay ya un depositario quequiera conformarse con la propiedad que se le había designadopara <strong>el</strong> pago por <strong>el</strong> precio que tuvo al recibirla; de aquí es quecon tanta frecuencia se insta por cambiar unas propiedades porotras; de aquí es también que para averiguar ocultaciones se hamandado formar lista de todas las propiedades que pertenecíanal enemigo o a los que con él emigraron o que estos poseían”(Blanco y Azpúrua, 1978, T.XI: 285).

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