hacerlo”. 36 Las críticas a esa argumentación no se hacen esperar: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto<strong>de</strong> vista jurídico, supone una vulneración <strong>de</strong> la legislación antidiscriminatoria, alaplicar la ley <strong>de</strong>sigualmente a las personas, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> su origen, ya que “lai<strong>de</strong>ntidad legal se <strong>de</strong>fine primero y principalmente, según su pertenencia a las comunida<strong>de</strong>s<strong>de</strong> origen”. 37 De otro lado, <strong>de</strong>ja <strong>de</strong>sprotegidas a las víctimas, usualmentemujeres y niñas, ya <strong>de</strong> por sí vulnerables en la mayoría <strong>de</strong> las culturas. Des<strong>de</strong> elpunto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> las interpretaciones culturales, al aplicar la “<strong>de</strong>fensa cultural”, losjueces afirmaron una visión monolítica <strong>de</strong> las culturas, en la que primaron los aspectosmás regresivos <strong>de</strong> las mismas, sin tener en cuenta, precisamente, los aspectosnarrativos y las negociaciones culturales en el seno <strong>de</strong> las mismas. Por otraparte, también pue<strong>de</strong> objetarse la aplicación <strong>de</strong> estereotipos culturales en don<strong>de</strong>los sujetos <strong>de</strong> otras culturas son vistos como sujetos irracionales y primitivos, que noposeen capacidad reflexiva frente a sus propias pautas culturales, <strong>de</strong>slizándose asíel argumento <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa cultural en el etnocentrismo que, precisamente, preten<strong>de</strong>combatir.Pero, sin duda, tal y como Benhabib pone <strong>de</strong> manifiesto a través <strong>de</strong> los casosexpuestos, las mujeres <strong>de</strong> culturas minoritarias se ven atrapadas en un dilema queAyelet Shachar resume <strong>de</strong> la siguiente manera: “tu cultura o tus <strong>de</strong>rechos”. 38¿Cómo hacer compatibles, entonces, la vigencia <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las minoríascon los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las mujeres? ¿Significa esto que, necesariamente, el universalismo<strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos tiene que plasmarse en una cultura jurídica unificada?¿Cuál es el papel que juegan las mujeres, en este caso, en esas negociacionesculturales? Para Benhabib, el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>liberativo <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocracia es el que pue<strong>de</strong>ofrecer respuestas convincentes frente a otros mo<strong>de</strong>los, como el rawlsiano <strong>de</strong>l consensosuperpuesto. Frente a este último, la <strong>de</strong>mocracia <strong>de</strong>liberativa no restringe laagenda <strong>de</strong> la conversación pública; por el contrario, permite e impulsa la misma re<strong>de</strong>finición<strong>de</strong> lo que es público y lo que es privado: no hay restricción a temas “privados”,por lo que el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>liberativo estaría mejor pertrechado para resolverlos conflictos que atañen a los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las mujeres, dado que éstos se sitúanmayoritariamente en la esfera privada. Por otro lado, como hemos visto, la propuesta<strong>de</strong>liberativa mantiene un mo<strong>de</strong>lo narrativo <strong>de</strong> las prácticas culturales que,a<strong>de</strong>más, también se negocian <strong>de</strong>liberativamente. A esto, Benhabib lo <strong>de</strong>nomina lareconstitución reflexiva <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s colectivas, 39 y respon<strong>de</strong>ría a las complejascategorías <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificación –raciales, étnicas, <strong>de</strong> género– que los individuos36Bonnie Honig, “My Culture Ma<strong>de</strong> me do it”, en Susan Moller Okin et al. (eds.), Is Multiculturalismbad for Women?, Princeton, Princeton University Press, 1999.37S. Benhabib, RC, p, 89.38Ayelet Shachar, Multicultural Jurisdictions, Cambridge, Cambridge University Press, 2001.39S. Benhabib, RC, p. 70.82
hacen <strong>de</strong> sí mismos y <strong>de</strong> otros. Por último, el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>mocrático <strong>de</strong>liberativo suponeun mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> doble vía. 40 Esto supone que, mientras que el mo<strong>de</strong>lo rawlsianose centra en el <strong>de</strong>bate institucional sobre los imperativos constitucionales y elcálculo <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>liberativo (Benhabib, Fraser) pone el énfasis enla importancia <strong>de</strong> la esfera pública no oficial, compuesta por “la conversación y lacontroversia anónima y entrelazada que resulta <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los movimientossociales, asociaciones civiles, culturales, religiosas, artísticas y políticas.Es en este terreno don<strong>de</strong> se producen los conflictos multiculturales y la políticamulticultural”. 41 La argumentación pública no sólo tiene, entonces, resultados normativosinstitucionales, sino que articula un punto <strong>de</strong> vista cívico que pone en marchala “mentalidad ampliada” <strong>de</strong> los participantes en las controversias. 42 El enfoque<strong>de</strong> doble vía implica no sólo el nivel institucional, sino la interacción con aquellosespacios en los que los/as participantes puedan articular y negociar múltiples narrativasi<strong>de</strong>ntitarias, <strong>de</strong>sarrollando lo que Benhabib <strong>de</strong>nominará prácticas <strong>de</strong> iteraciones<strong>de</strong>mocráticas, como veremos más a<strong>de</strong>lante.Una crítica atinada al mo<strong>de</strong>lo que propone Benhabib es la que señala MaxPensky. Para este autor, el pluralismo jurídico pondría a los sujetos bajo lo que él<strong>de</strong>nomina el “dilema <strong>de</strong> Yo<strong>de</strong>r”, 43 apelar a la protección y reconocimientos <strong>de</strong> lai<strong>de</strong>ntidad cultural <strong>de</strong> uno/a sobre la base <strong>de</strong> normas universales que protegen el <strong>de</strong>recho<strong>de</strong> todas las personas a un sistema igual <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos supone el siguiente dilemao bien abandonar las <strong>de</strong>mandas holísticas sobre la propia i<strong>de</strong>ntidad, reconociendoque es una entre muchas otras, compitiendo por igual reconocimiento, obien adoptar una actitud estratégica a través <strong>de</strong> las normas y concebir la propia culturacomo un bien más que pue<strong>de</strong> ser conseguido estratégicamente. Puesto en estostérminos, el precio por la protección <strong>de</strong>mocrática <strong>de</strong> la diferencia cultural sería40Ibid., p. 115.41Ibid., pp. 21 y 115.42La mentalidad ampliada (enlarged mind) o pensar representativo aparece en la Crítica <strong>de</strong>l juiciokantiana, y es tomada por Benhabib –siguiendo en ello a Hannah Arendt –como el modo <strong>de</strong> pensamientoque nos permite ponernos en el lugar <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más, <strong>de</strong> los otros concretos, proyectando una i<strong>de</strong>a universalista<strong>de</strong> respeto moral hacia los otros. El objetivo final <strong>de</strong> ese pensar extensivo no sería en todocaso el consenso o la unanimidad, sino la anticipada comunicación con otros. Implica la capacidad paranegociar perspectivas y lealta<strong>de</strong>s contradictorias y así po<strong>de</strong>r consi<strong>de</strong>rarlos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva universalista.(Véase Benhabib, Situating the Self. Gen<strong>de</strong>r, Community and Postmo<strong>de</strong>rnism in ContemporaryEthics, Cambridge, Polity Press, 1992.)43Max Pensky, “Comments on Seyla Benhabib The Claims of Culture”, en Constellations, vol. 11,núm. 2, 2004. El dilema hace referencia al caso Wisconsin vs. Yo<strong>de</strong>r (1972), en el que la Corte Suprema<strong>de</strong> Estados Unidos falló en favor <strong>de</strong> una familia amish que no quería inscribir en la escuela estatal asu hijo, alegando la Primera Enmienda.83
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