Revista Quid 55

o6
fallidos de intervención. A comienzos de 2009, sin embargo, parecía encontrarse mejor, gracias
a varios meses en la isla caribeña de Santa Lucía. Andaba en amores con un estudiante de
teatro Josh Bowman y todo parecía aclararse: “Enamorada de nuevo –aseguró a la prensa– no
necesito drogas”. Se cuenta que a veces tocaba alguna canción en el piano de media cola que
había en la entrada del hotel, o sorprendía a los turistas cantando temas de Back to black en
el karaoke de un bar. Pagó una operación de hernia a un un hombre del lugar que no podía
permitirse los 4000 euros que costaba. El divorcio de Fielder-Civil se produjo pocos meses
después, en agosto.
A pesar de las pruebas en contra, la prensa podía sospechar que Winehouse exacerbara un
poco su personaje. En la edición a propósito de la muerte, la Rolling Stone española, publicó:
“Winehouse, alimentando su personaje”.
Amy llegó con el tiempo justo para su actuación en el festival Rock in Rio 2008, celebrado
en Madrid. Aunque las prisas no impidieron que dedicara tiempo a sus fans más jóvenes. Sus
gorilas trataron de crear un muro infranqueable para llegar hasta ella, hasta para unos niños
que querían pedirle un autógrafo. Pero la vocalista pasó de las medidas protectoras y estuvo
muy atenta con estos pequeños, cuenta un trabajador en este festival que vio tal escena entre
bambalinas. ¿Cuánto hay de verdad y de ficción tras la fachada que se crea alrededor de una
estrella? Difícil saber. Porque no faltan testigos que aseguran que en aquella época lo de salir
tan ida a los escenarios era más por una pose que por un exceso químico”.
Pero la mayoría no pensaba así. Según sus más cercanos, los desórdenes de personalidad existían
más allá de los vicios: “Mucho antes de que Amy fuera una adicta, nadie podía decirle qué
hacer –cuenta el padre en su biografía–, una vez que se hizo adicta, su terquedad sólo empeoró.
Hubo momentos en los que quería estar limpia, pero los momentos en los que no lo quería
eran muchos más”. Mitch también hizo una discriminación entre las adicciones de su hija en
la revista Vanity Fair: “La prensa nunca reconoció que Amy se había desintoxicado durante
casi tres años. Incluso ahora, cuando ha pasado tiempo y se sabe lo que pasó, viene algún periodista
diciendo que era drogadicta. No es verdad”.
Se suele hablar de Winehouse como “alguien de verdad”, y se la ensalza por el rescate de mucha
música de las décadas de 1950, 1960 y 1970. Tuvo gestos, que le agenciaron seguidores
más allá de quienes escuchan solamente pop radial, como compartir escenario con la mítica
banda The Specials, interpretando clásicos como Monkey man y Ghost town. Acercó a sus
fans al soul y el jazz y su figura resultó realmente inspiradora. No siempre se hizo foco en la
vida privada, Winehouse no tenía tanto que ver con otras mujeres revoltosas como Kate Moss
y Britney Spears. Mariana Wichi Salinas, actriz y directora de la performance audiovisual de
Amy (No hay banda), la descubrió después de su muerte: “Sabía que era hermosa, joven, muy
talentosa y que las pocas canciones que había escuchado me gustaban. Que su voz era maravillosa.
Que le creía. (…) Pensé en la decisión de plantarse y usar la voz, y en que por esos lugares
también andaba yo. Descubrí y gasté Frank y Back to black, sus dos discazos, que me llevaron
a días y días de consumir soul, jazz, R&B, y todas las generaciones de grandes cantantes
que la influenciaron. Y me sumergí en su vida personal, sólo un poco. Conocerla, saber todo
“En 10 años más tendré 30, así
que tal vez tendré un bebé. Me veo
establecida, casada y con hijos
pero cuando pienso en una vida de
familia en el futuro, rara vez hay un
hombre involucrado, lo que es un
poco extraño.”