Revista Quid 55

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son niños adentro. Puedes ser tú, yo, son humanos, en
realidad. Creo que capto la esencia porque nunca crecí (risas).
Sigo llevando a mi niña en el corazón cuando pienso
en la historias. Creo que la mujer adulta y profesional es
la que logra poner todo eso en una historia. Cada vez que
empiezo un libro, hago un storyline. Hago un boceto que
complemente el texto, no sólo que lo acompañe.
–Pero, a veces, es difícil no escuchar la voz adulta
que censura… Cuando escribo, pongo mi corazón al servicio
de la historia. Por ejemplo, cuando escribí la historia
de Choco y su mamá pensé en qué haría si yo fuera Choco.
Puse mi pensamiento en la visión de ese niño, Choco,
en este caso, y escribí.
–En sus conferencias explicó cómo fue el proceso de
sus libros más importantes, qué pasa con un libro
desde que sale del autor hasta que se imprime y
qué pasa cuando se vende en otros países. ¿Qué es
lo que le aporta hablar en público? Encontrarse con
los lectores, definitivamente, me deja varias enseñanzas.
Intercambiar cosas, escucharlos me enseña no sólo en Argentina
sino en todo el mundo. Aprendo mucho. Muchas
veces, cuando estoy leyendo uno de mis libros en público y
veo las reacciones, no leo lo que escribí sino que improviso
en el momento. Y cuando termino, pienso: “¿por qué puse
esa palabra ahí? No es natural”. Lo voy cambiando mientras
lo leo, elimino una palabra...
–Entonces, ¿va editando su propio libro mientras lo
lee? (Risas) En el momento, sí. Una vez, en un encuentro,
una mujer adulta me preguntó por qué todos mis personajes
eran masculinos y ¡yo no me había dado cuenta de eso!
Nunca lo había pensado. Así fue cómo surgió “Dorotea y
Miguel”.
–¿Cómo elige los temas de sus libros? Todo depende.
A veces, decido hablar sobre un tema en particular como
el bullying. Otras veces, surge solo como sucedió con No
te rías, Pepe. Estaba leyendo una enciclopedia y descubrí
cómo se comportaban los sapos. A veces, son mis propios
miedos como en Ready for anything (libro que no está
editado en español pero se puede conseguir por Amazon
en inglés) cuyo personaje principal es un zorrino. Yo solía
ser una persona muy pesimista, que pensaba que iba a
llover un día de picnic, por ejemplo. Pero iba y después
disfrutaba de un hermoso día. La situación depende del
punto de vista en el que se mire y yo miraba en forma pesimista.
Así escribí la historia de ese zorrino que se va de
picnic.