Revista Quid 55

Mucho menos estrafalario que en los años en los que usaba
pollera y se pintaba las uñas, habló con Quid en un tono admirablemente
relajado.
–Actúa, pinta, forma parte de una banda y ahora publica
un libro, ¿se considera un artista o le parece un mote reservado
para pocos? Habitualmente prefiero definirme como
entretenedor, aunque no tengo miedo de usar la palabra artista.
Es una palabra que se sobrevalora pero que también se rebaja,
sucede mucho que cualquiera que aparece en la tele ya se cree
artista, aunque se dedique a otra cosa. Así que usando la palabra
entretenedor me siento más cómodo, soy un creador del entretenimiento.
Hago arte porque pinto, porque actúo, básicamente
porque no concibo la vida sin arte. Te diría que igualmente, el
arte es algo un poco a pesar mío. Quiero decir que yo podría
pensarme como alguien elegido, o intelectual, o super cool porque
me interesa el arte y no concibo la vida sin él, pero no pasa
por ahí. Porque es algo que casi nació conmigo.
–En esto de no elevar a categorías divinas, su libro tiene
una frase que parece alejarlo de la idolatría frecuente en
su medio: “No admiro actores, los imito”. ¿Es decir que no
idolatra a nadie? No, y mucho menos a actores. Si nos metemos
en el terreno de la música, me desnudo más, pero en el caso
de los actores, no hay idolatría. Más bien los tomo como objeto
de estudio, puedo copiar la relajación de uno, la actitud de otro.
Y lo hago en función de ser lo más preciso y práctico posible al
momento de transmitir verdad. Esta vocación de ser práctico se
me fue afianzando con los años, cuando era pendejo era más rebuscado,
quería ser sofisticado… Y en cierta medida sigo siendo
así, pero con el tiempo me fui ablandando. A los 20 años quería
trabajar para quince personas, y ni siquiera conseguía una (risas).
–¿Cómo explicaría Mike Buc? Diciendo que es un libro objeto.
No un libro de texto en el sentido ortodoxo. Es un libro que
puede servirte para decorar, para colgar, para usar de centro de
mesa y también para ver y leer. Lo hice a lo largo de un año y
medio con un diseñador que me asistía. En base a cosas que yo
Entrevista
le decía armaba bocetos y los discutíamos. Y el espíritu con el
diez 63
Con espíritu
Lúdico
Principalmente conocido por su trabajo como actor
de televisión, Mike Amigorena también ha
incursionado en otras vías de expresión como
la música –actualmente está al frente de Mox– y la
plástica. Con Mike Buc (Picnic) un “libro objeto”
en el que hay fotos de infancia y del presente,
pequeños dibujos, algunas de sus pinturas y breves
textos manuscritos, vuelve a ampliar su espectro
expresivo
Por N. G.
que está hecho es lúdico.
–¿Está pensado para un lector en particular? Creo que
tiene una franja etaria enorme. Puede ser perfecto para un adolescente
o para alguien de 70 años. Al ser un objeto no hay una
pretensión de complacer a un cierto grupo. Es un libro objeto,
algo que puede transformarse en un móvil para colgar, que puede
desplegarse en una mesa, hasta puede ser como un juguete.
–¿Cómo se considera en relación al trabajo? ¿Eficaz? ¿Un
poco vago? ¿Equilibrado? Soy tremendamente profesional.
–¿Al punto de llegar a obsesionarse? No, puedo llegar a tener
algo parecido a la obsesión con ciertos detalles pero dentro
de límites sanos, no llego a sentirme afectado por el trabajo,
puedo ponerme medio obsesivo con algo que deba mejorar,
pero eso no me realenta ni entorpece, al contrario.
–Ha formado parte de grandes éxitos de la televisión,
¿qué le queda pendiente en ese medio? Tener un programa
cómico propio. Un programa clásico de sketches. Excepto por
Peter Capusotto y sus videos, el programa cómico en Argentina
desapareció. Una gran pérdida. Pero quizás en el futuro vuelvan
a hacerse