'este problema. Des<strong>de</strong> luego, se produce una vigorosa diferenciación,justamente en este drama. Appiani y Edoardo Galotti,estoicos convencidos, se esfuerzan por mantenerse a distancia<strong>de</strong> esa zona <strong>de</strong> violencia y corrupción que es el absolutismo.Pero el drama muestra que una actitud como ésta es muy pocoposible en <strong>la</strong> práctica. El fin <strong>de</strong> Emilia presenta el suicidio estoicocomo último refugio <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong> que, <strong>de</strong> otro modo, estaríaa merced <strong>de</strong> una arbitrariedad indiferente a toda moral. Conrespecto al problema que formu<strong>la</strong>mos -el <strong>de</strong> <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción entremoral estoica y ética humana- es en extremo importante que elmundo interior <strong>de</strong> Emilia misma no sea en modo alguno <strong>de</strong>porte estoico. En su último diálogo con su padre, cuando éstepreten<strong>de</strong> que <strong>la</strong> inocencia está por encima <strong>de</strong> toda violencia,Emilia respon<strong>de</strong>: "Pero no por encima <strong>de</strong> toda seducción". Ycuando al final <strong>de</strong>l diálogo el padre estoico <strong>la</strong> apuña<strong>la</strong>, se veaparecer con toda c<strong>la</strong>ridad <strong>la</strong> otra significación existencial <strong>de</strong>l-estoicismo: una salida <strong>de</strong>sesperada fuera <strong>de</strong> una situación que,<strong>de</strong> otro modo, no tendría moralmente salida.Esta segunda función <strong>de</strong> <strong>la</strong> moral estoica -su función en<strong>la</strong> vida diaria <strong>de</strong> <strong>la</strong> época- es <strong>la</strong> que produce el surgimiento-<strong>de</strong> sus problemas <strong>de</strong> alcance universal. Por una parte, es unamoral indispensable para una vida humana que <strong>la</strong> época hace.difícil; por <strong>la</strong> otra, el cumplimiento riguroso <strong>de</strong> sus preceptospromueve una serie <strong>de</strong> contradicciones internas, en <strong>la</strong>s que <strong>la</strong>lucha contra el ba<strong>la</strong>nceo <strong>de</strong> <strong>la</strong> moral hacia <strong>la</strong> inhumanidad seentab<strong>la</strong> en nombre <strong>de</strong> <strong>la</strong> autenticidad interior. En <strong>la</strong> moralpolítica, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Filotas hasta el marqués <strong>de</strong> Posa, es un hechoque había aparecido con toda c<strong>la</strong>ridad; pero no menos esen-eíal es saber que <strong>la</strong> dialéctica <strong>de</strong> ese ba<strong>la</strong>nceo está tambiénsiempre <strong>la</strong>tente en <strong>la</strong> moral individual y cotidiana, en <strong>la</strong> queaquel que sólo quiere <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r su propia integridad contra <strong>la</strong>bajeza <strong>de</strong> <strong>la</strong> realidad social corre el riesgo <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r a <strong>la</strong>inhumanidad exterior con <strong>la</strong> inhumanidad interior y se expone,en <strong>la</strong> <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> su propia integridad humana, a que su almase endurezca hasta <strong>la</strong> inhumanidad. Prece<strong>de</strong>ntemente, cuan-do examinamos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> otro punto <strong>de</strong> vista ciertos temas morales<strong>de</strong> Minna von Bamhdm, ya tropezamos con contradicciones<strong>de</strong> este tipo. Pasan éstas ahora al primer p<strong>la</strong>no, pues <strong>la</strong> construcción,el diálogo, etc., <strong>de</strong> Minnd van Bdrnhelm giran, tal-eomo seguidamente intentaremos mostrar, en tomo <strong>de</strong> <strong>la</strong> con-138
tradicción intrínseca <strong>de</strong> <strong>la</strong> moral estoica, y el contenido fundamental<strong>de</strong> <strong>la</strong> obra resi<strong>de</strong>, justamente, en <strong>la</strong> superación ética<strong>de</strong> los conflictos morales.Para encarar tales asuntos necesitamos ante todo consi<strong>de</strong>rar<strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> existencia <strong>de</strong> TeIlheim. Sabemos queha sermoneado a Wemer a raíz <strong>de</strong> <strong>la</strong> intención que expresóéste <strong>de</strong> continuar su carrera militar como mercenario. Sus frasessobre <strong>la</strong> patria, sobre <strong>la</strong> "buena causa", suenan muy bien,¿pero cómo ni en qué medida pue<strong>de</strong>n proporcionar, en <strong>la</strong>Prusia <strong>de</strong> ese entonces y para el báltico Tellheim, una realbase moral? Más tar<strong>de</strong>, cuando TeIlheim hab<strong>la</strong> <strong>de</strong> su vida aMínna, ya no emplea pa<strong>la</strong>bras tan pomposas; simplemente<strong>de</strong>scribe el nacimiento <strong>de</strong> su vocación militar y <strong>la</strong> perspectivaque consi<strong>de</strong>ra para su futuro, Para su verda<strong>de</strong>ra vida: "Me hicesoldado por simpatía a no sé qué principios políticos e imaginandoque para todo hombre <strong>de</strong>cente es bueno hacer durantecierto tiempo un intento tal, familiarizarse con todo aquello quees peligroso, apren<strong>de</strong>r a conservar <strong>la</strong> sangre fría y adquirir elespíritu <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión. Sólo <strong>la</strong> más extrema necesidad habría podidoforzarme a hacer <strong>de</strong> este intento un <strong>de</strong>stino, <strong>de</strong> esta ocupaciónocasional un oficio. Ahora, puesto que ya nada me obliga,toda mi ambición no es más que ser nuevamente un hombretranquilo y contento con su suerte". Ni una sí<strong>la</strong>ba sobre <strong>la</strong> patria.y si hay una lejana alusión a <strong>la</strong> "buena causa", sólo pue<strong>de</strong>tratarse, en el mejor <strong>de</strong> los casos, <strong>de</strong> una ilusión juvenil haceya mucho superada, o, con mayor probabilidad, <strong>de</strong> un simplepretexto para esa puesta a prueba, para esa educación <strong>de</strong> símismo <strong>de</strong> que hab<strong>la</strong> con tanta precisión y sinceridad. ¿Dedón<strong>de</strong> saca entonces Tellheim el <strong>de</strong>recho moral <strong>de</strong> juzgar tanseveramente el aventurerismo <strong>de</strong> Wemer? La "buena causa"verda<strong>de</strong>ra que ahora asegura <strong>la</strong> tranquilidad <strong>de</strong> su concienciaradica en haber actuado con humanidad -por su cuenta yriesgo y contra <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong> sus superiores- en lo que atañea <strong>la</strong>s contribuciones <strong>de</strong> cuya recaudación habíasele encargado.Des<strong>de</strong> luego, en el caso <strong>de</strong> Wemer se trata <strong>de</strong> pura y simpleaventura; en el <strong>de</strong> Tellheim, <strong>de</strong> aventura interior, <strong>de</strong> riesgosque correr para educarse moralmente a sí mismo. Pero si secomparan el rango y <strong>la</strong> cultura intelectual y moral <strong>de</strong> los doshombres, se le reconocerán a Wemer suficientes circunstanciasabsolutorias.139
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