el <strong>de</strong> los románticos; se compren<strong>de</strong> romo podrá originar, unavez que sus contradicciones hayan sido asumidas, el géneroproblemático y realista <strong>de</strong> <strong>la</strong> nove<strong>la</strong>. Y se compren<strong>de</strong>, también,que <strong>la</strong> crítica <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida mo<strong>de</strong>rna haya podido <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>rse endos capas marginales con respecto a <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s divisiones c<strong>la</strong>sistasy partidarias, pero igualmente cambiar <strong>de</strong> sentido segúnsu pertenencia fundamental: el "sí y no" <strong>de</strong> <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> se <strong>de</strong>sarrollóen un medio don<strong>de</strong> no había base sociológica para<strong>la</strong>mentar el pasado e invocar el más allá, en un medio don<strong>de</strong><strong>la</strong> insatisfacción <strong>de</strong>bía continuar sin cimiento i<strong>de</strong>ológico ycoexistir con <strong>la</strong> conformidad.Acerca <strong>de</strong>l problema <strong>de</strong> <strong>la</strong> economía y <strong>de</strong>l papel <strong>de</strong>l dinero,los primeros resultados <strong>de</strong> mis investigaciones han levantadouna objeción, <strong>la</strong> misma que yo formu<strong>la</strong>ba al comienzo conrespecto a <strong>la</strong>s hipótesis <strong>de</strong> <strong>Lucien</strong> <strong>Goldmann</strong>. Las re<strong>la</strong>cioneseconómicas y sociales, en <strong>la</strong>s que <strong>Goldmann</strong> ve <strong>la</strong> base <strong>de</strong>lgénero novelístico, me parece que <strong>de</strong>ben permanecer, por sunaturaleza misma, ocultas <strong>de</strong> los individuos que <strong>la</strong>s viven, ysólo <strong>de</strong>ben po<strong>de</strong>r expresarse <strong>de</strong> una manera indirecta y muylejana. He comprobado, con todo, <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> un interésmuy vivo, consciente y <strong>de</strong>c<strong>la</strong>rado, en torno <strong>de</strong> Stendhal, por<strong>la</strong> economía política. En su medio hay economistas: Destutt <strong>de</strong>Tracy, Dunoyer, Cerclet.. Alexis <strong>de</strong> Jussieu. Stendhal no es elúnico que haya leído a Smith, Malthus, Say y Ricardo. Detodos ellos se discute en casa <strong>de</strong> Delécluze; Fauriel hab<strong>la</strong> <strong>de</strong>ellos con su amiga Mary C<strong>la</strong>rke, y Jacquemont cierra una <strong>de</strong>sus cartas con esta exc<strong>la</strong>mación: "[Díantre, amigo mío, <strong>la</strong> economíapública es el mismísimo diablo!" 25Lo que permanece efectivamente oculto son los mecanismosbásicos, los que sólo podían analizarse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong>vista <strong>de</strong> otra c<strong>la</strong>se. Pero en el centro <strong>de</strong> <strong>la</strong>s realida<strong>de</strong>s económicasy <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida diaria, en forma concreta y no teórica,.losproblemas son conscientemente expresados. El <strong>de</strong> <strong>la</strong> oposiciónentre el valor <strong>de</strong> cambio y el valor <strong>de</strong> uso, por ejemplo, quedapresentado por Jacquemont <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>l consumidor.Jacquemont reprocha a los yanquis el hecho <strong>de</strong> notener otro p<strong>la</strong>cer que "el consumo <strong>de</strong>l producto <strong>de</strong> un trabajoanterior, el consumo <strong>de</strong> un valor"." En contra <strong>de</strong>l time is moneyreivindica <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> un uso gratuito <strong>de</strong>l tiempo,<strong>de</strong>stinado al p<strong>la</strong>cer oal pensamiento: comprar un libro, dice,163
no le resulta caro aun industrial norteamericano, pero el tiempo<strong>de</strong> leerlo le saldría <strong>de</strong>masiado caro. Por último opone a<strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong> dinero con <strong>la</strong>s cosas una re<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> uso,amistosa y directa: "Aquí [en <strong>la</strong>s Indias] me es indiferente cambiara cada momento <strong>de</strong> vaso y <strong>de</strong> cuchillo; pero en casa <strong>de</strong>mi padre hay un cuchillo que es mío <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace diez años,y un vaso que es mío, y una taza <strong>de</strong> porce<strong>la</strong>na <strong>de</strong> Sevres [ ... ]que ha pasado igualmente a ser mía gracias al uso. Amo esecuchillo, ese vaso, esa taza ... Dejando aparte toda gazmoñeríafilosófica, <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ro que prefiero no ser rico. Creo que así sientomás simpatía por los seres y <strong>la</strong>s cosas. " El hombre dueño <strong>de</strong>cien mujeres no ama a ninguna: para él el<strong>la</strong>s no son más quecosas, y nos<strong>otros</strong> casi sabemos hacer seres con cosas"."Pero es en calidad <strong>de</strong> "productores" como los artistas ylos escritores sienten más vivamente el papel <strong>de</strong>l dinero y el <strong>de</strong><strong>la</strong> publicidad (ahora se <strong>la</strong> l<strong>la</strong>ma "engañifa", y su principalvehículo son los periódicos), que es inseparable <strong>de</strong>l primero.A su regreso <strong>de</strong> Italia, un pintor <strong>de</strong>plora <strong>la</strong> situación <strong>de</strong> <strong>la</strong> pinturaen Francia, en don<strong>de</strong> "es necesario <strong>de</strong>cidirse a hacer unoficio <strong>de</strong> su arte ... ".28 Jean-Jacques Ampére escribe: "Hacerpoesía por dinero es como prostituírse'T" Pero el escritor esun "industrial", como dice Stendhal, que conce<strong>de</strong> valor a suboja <strong>de</strong> papel y que <strong>de</strong>be, una vez concluido su trabajo, "hacerseven<strong>de</strong>r", le guste o no. "No soy autor -escribe Delécluzenisiento <strong>la</strong> dignidad <strong>de</strong> mi profesión sino cuando estoy trabajandoen mi gabinete. Tan pronto como mi obra ha tomadoforma <strong>de</strong> libro, se <strong>la</strong> ha encua<strong>de</strong>rnado y sé que está en venta,siento que me convierto en merca<strong>de</strong>r <strong>de</strong> libros. Al cabo, en estemundo es necesario tener un oficio, sea el que fuere." 30Las condiciones <strong>de</strong> <strong>la</strong> producción <strong>literaria</strong> se sienten cualsi estuviesen directamente ligadas a <strong>la</strong> sociedad mo<strong>de</strong>rna. Habríaque verificar <strong>la</strong> realidad objetiva <strong>de</strong> esta impresión, peroes una realidad que concuerda con lo generalmente reconocidopor los historiadores y los economistas. Por otra parte hay unavoluntad <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia individual, fruto, precisamente, <strong>de</strong><strong>la</strong>s mismas condiciones sociológicas y que hace más sensible alos escritores y a los artistas <strong>la</strong> esc<strong>la</strong>vitud <strong>de</strong>l mercado que otrasesc<strong>la</strong>vitu<strong>de</strong>s en <strong>otros</strong> tiempos, como por ejemplo <strong>la</strong> <strong>de</strong>l mecenazgo.También se seña<strong>la</strong> el papel <strong>de</strong>l dinero en <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones164
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