<strong>la</strong> literatura. Por el <strong>la</strong>do <strong>de</strong> <strong>la</strong>s letras, muchos son los autoresque han adoptado una interesante posición, pero no han puestoensus obras un esfuerzo riguroso, Por el <strong>la</strong>do <strong>de</strong> los sociólogos,se siente <strong>la</strong> tentación <strong>de</strong> mencionar a Halbwachs, tan apropiadoparecía su ingenio para dar nacimiento a un estudio sociológico<strong>de</strong> <strong>la</strong> literatura; pero éste fue siempre extraño a sus preocupacionesconcretas. De Alemania, por no variar, llegó SiGroethuysen, quien escribió en francés, poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 1920,..<strong>la</strong> primera obra <strong>de</strong> espíritu sociológico, no exactamente sobre <strong>la</strong>literatura, sino sobre "el espíritu burgués"." Groethuysen no'tardó, por lo <strong>de</strong>más, en re<strong>la</strong>cionar este "espíritu" con ese monumentoliterario que es <strong>la</strong> Enciclopedia. ¿Hay nada más sugestivoa este respecto que <strong>la</strong>s breves páginas <strong>de</strong> Mitos y retratos?Con el giro <strong>de</strong> "el haber científico" Groethuysen supotraducir con toda exactitud el advenimiento <strong>de</strong> <strong>la</strong> apropiación<strong>de</strong>l saber al punto <strong>de</strong> unión <strong>de</strong>l Renacimiento con los tiempos'mo<strong>de</strong>rnos: "Lo que distingue <strong>de</strong> manera esencial a <strong>la</strong> Enciclopedia<strong>de</strong>l Orbis píctus es el espíritu <strong>de</strong> posesión, en el queantaño los viajeros <strong>de</strong>l Renacimiento advertían lo curioso quehabían visto en el curso <strong>de</strong> sus peregrinaciones .. , [El hombre<strong>de</strong>l Renacimiento] había seguido siendo un aventurero, unhombre sin alma nipropiedad [ ... ] De manera, pues, que nose hal<strong>la</strong>ba aún en condiciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir 'nuestros conocimientos'[ ... ] Cuando llegue el burgués, y una vez que haya establecidosu dominación jurídica y científica sobre <strong>la</strong>s cosas, todo'cambiará. El burgués comienza por distinguir cuidadosamente,'comparando por doquier <strong>la</strong>s opiniones' y 'sopesando <strong>la</strong>s razones',lo que sabe y lo que no sabe, no pudiendo contar comoposesión más que lo que verda<strong>de</strong>ramente sabe y lo que pue<strong>de</strong>situar en el 'or<strong>de</strong>n y enca<strong>de</strong>namiento <strong>de</strong> los conocimientos humanos".49No se <strong>de</strong>be <strong>de</strong>sestimar, con todo, Morales MI grdn Siglo <strong>de</strong>'P. Bénichou. El autor se <strong>de</strong>dica en primer término a mostrar<strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong> <strong>la</strong> moral corneliana con <strong>la</strong> nobleza <strong>de</strong> cortebajo Luis XIV. Nos dice que esa moral no exigía <strong>la</strong> represión<strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza y que más bien <strong>de</strong>be ser comprendida <strong>de</strong>ntro'<strong>de</strong>l marco <strong>de</strong> <strong>la</strong> tradición noble heredada <strong>de</strong>l feudalismo. El'único <strong>de</strong>ber estriba en ser digno <strong>de</strong> uno mismo, vale <strong>de</strong>cir, enalejar toda incertidumbre respecto <strong>de</strong> uno mismo; en una pa<strong>la</strong>bra,en tener conciencia <strong>de</strong> sí. Pero este heroísmo implica el'
hecho <strong>de</strong> que haya alguien para reconocerlo. Ahora bien,el pueblo -ni el <strong>de</strong> Roma ni el <strong>de</strong> Bitinia-, que habría podidoser un posible interlocutor, no aparece en escena. De modo,pues, que el héroe encontrará en <strong>la</strong> sa<strong>la</strong> al necesario interlocutor.Gracias a un análisis que rompe con una <strong>la</strong>rga tradición,Bénichou muestra que Descartes busca, en su Tratado <strong>de</strong> <strong>la</strong>spasiones, no los medios <strong>de</strong> ap<strong>la</strong>star el <strong>de</strong>seo bajo el esfuerzovolitivo, sino más bien <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> un acuerdo entre elimpulso y el bien. El acuerdo se efectúa en el terreno <strong>de</strong> esanaturaleza más hermosa que <strong>la</strong> naturaleza que es el hombre generoso."Diferente es <strong>la</strong> situación para Racine. La <strong>de</strong>gradación <strong>de</strong><strong>la</strong> herencia caballeresca le imponía límites <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los cualessu genio podía expresarse. El tiempo <strong>de</strong> <strong>la</strong> rebelión aristocráticahabía pasado; el absolutismo triunfante <strong>la</strong> había vueltoarcaica. Racine sustituirá, pues, el tipo <strong>de</strong> <strong>la</strong> heroína parleray altanera por el <strong>de</strong> <strong>la</strong> víctima secretamente quejumbrosa. Enél, el i<strong>de</strong>al aristocrático fascina aún, pero ya no es tiempo <strong>de</strong>encarnarlo. Todo el genio <strong>de</strong> Racine se <strong>de</strong>sarrolló <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>esta contradicción.Bénichou ve en el Don Juan <strong>de</strong> Moliere el divorcio <strong>de</strong> <strong>la</strong>mentalidad noble y <strong>la</strong> religión. El libertinaje moral -repudiocínico <strong>de</strong> <strong>la</strong> vieja i<strong>de</strong>a según <strong>la</strong> cual "nobleza obliga", intensay vanamente opuesta a Don Juan por su padre- produce elefecto <strong>de</strong> arrojar a sus a<strong>de</strong>ptos fuera <strong>de</strong> toda posición social<strong>de</strong>fendible y, como consecuencia, fuera <strong>de</strong> toda soberanía sóliday efectiva. Don Juan, gran señor, es al mismo tiempo unser <strong>de</strong>scaecido, y tiene muy bien su lugar en esa época en quehabrá <strong>de</strong> consumarse <strong>la</strong> <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia política <strong>de</strong> <strong>la</strong> nobleza. Rodrigoy Nicome<strong>de</strong>s son mo<strong>de</strong>los humanos vale<strong>de</strong>ros; Don Juan,no. Des<strong>de</strong> los "importantes" hasta los "ca<strong>la</strong>veras", el tipo <strong>de</strong>lhidalgo escandaloso atraviesa los siglos <strong>de</strong> monarquía y es gran<strong>de</strong>por el <strong>de</strong>safío que <strong>la</strong>nza a <strong>la</strong> trému<strong>la</strong> tontería <strong>de</strong> los hombresy por su aptitud para conce<strong>de</strong>r <strong>la</strong> <strong>de</strong><strong>la</strong>ntera al p<strong>la</strong>cer por sobreel interés. Don Juan es revolucionario en esa época, aunqueencarne valores <strong>de</strong>l pasado.La ..sociología <strong>de</strong> <strong>la</strong> literatura, tal como <strong>la</strong> enten<strong>de</strong>mos en esteartículo, ha encontrado por fin su expresión más coherente en64
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