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140 • CRIMINOLOGÍA CRÍTICA Y CONTROL SOCIAL<br />
En la medida en que el sistema penal aún se concibe como la respuesta<br />
"normal" para, por lo menos, los problemas serios, debemos empezar por<br />
allí. La investigación feminista en este contexto ya ha desarrollado muchas<br />
propuestas señalando la importancia de personal femenino, más policías<br />
y más vigilancia en los barrios. No hace falta decir que la necesidad de<br />
prestar una seria atención a las demandas de las feministas requerirá<br />
bastante esfuerzo de una institución "machista" como es la policía (Van<br />
Swaaningen, 1988b, pág. 130-290). Esta perspectiva penal debiera ser<br />
combinada con una intervención <strong>social</strong>, esto es, una asistencia asequible<br />
para las víctimas realizada por asistentes <strong>social</strong>es o el establecimiento de<br />
refugios para las víctimas. Estas recomendaciones ya han tenido algunos<br />
efectos en la política holandesa. Una política efectiva, sin embargo,<br />
debiera ser fundamentalmente una política <strong>social</strong>. Se aduce frecuentemente<br />
quecambios en la legislación familiar, en la seguridad <strong>social</strong>, en la<br />
Constitución, tienen mayor importancia en aras de fortalecer la posición<br />
de la mujer que el derecho penal. Quizás una posición material más<br />
autónoma para las mujeres las convierta también en menos vulnerables<br />
psicológicamente. Son generalmente los hechos más simples los que<br />
producen grandes diferencias, por ejemplo el hecho de hablar con<br />
violadores (potenciales) sin mostrar miedo, el mirarles directamente a los<br />
ojos quizás enturbie su imagen <strong>del</strong> sexo débil y consiga atemorizarlos.<br />
Este "camuflaje de la vulnerabilidad" es también la idea que existe tras los<br />
cursillos de auto-defensa. No tanto en un sentido físico, como en un<br />
sentido psicológico, ésta podría ser una base para una política de autojusticia<br />
preventiva (Van Swaaningen, 1987, págs. 105-106). La redefinición<br />
<strong>del</strong> problema, aun cuando sea en estas palabras más o menos deshilvanadas,<br />
consiste en invertirei objetivo de que la "ayuda" debe esperarse <strong>del</strong><br />
exterior, esto es, la ayuda empieza con la auto-ayuda.<br />
Las soluciones "verdaderas" no se dan después <strong>del</strong> hecho, sino antes,<br />
en el lado preventivo; con la mencionada autojusticia preventiva y con los<br />
cursillos de auto-defensa para las mujeres, así como con una educación<br />
no sexista de la policía en particular y de la juventud en general; información<br />
de la verdadera naturaleza de la violencia sexual a los hombres<br />
acosadores realizada por -grupos de- víctimas; una abolición -para<br />
empezar- de las formas institucionalizadas de sexismo; una disminución<br />
<strong>del</strong> miedo a la violencia en las calles instalando mejor alumbrado o<br />
mediante el establecimiento de mayores vínculos <strong>social</strong>es desde asociaciones<br />
de barrio, hasta escuelas, clubs deportivos, etc. En Holanda éstas<br />
son recetas que han sido intentadas frecuentemente, pero la política oficial