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68 CRIMINOLOGÍA CRÍTICA Y CONTROL SOCIAL<br />
31a descripción anterioracerca de laoperatividad real <strong>del</strong> sistema penal<br />
no hace más que deslegitimar el discurso jurídico-penal, pero no nos<br />
proporciona una conceptualización criminológica alternativa (o marco<br />
teórico si se prefiere). Entendemos que la única manera de comprender e<br />
interpretar esta operatividad debe partir de una previa ubicación en<br />
nuestra posición periférica -que preferimos llamar "marginal"- <strong>del</strong> poder<br />
mundial. Todos nuestros fenómenos estructurales de poder deben ser<br />
interpretados en el marco de la dependencia, o sea que es un gravísimo<br />
error considerarlos como originarios. Ni la esclavitud, ni lo que se ha<br />
pretendido describir como servidumbre, ni la industrialización, pueden<br />
ser considerados como pasos originarios, sino que todos ellos derivan de<br />
las necesidades e intereses <strong>del</strong> poder central en cada caso. <strong>El</strong><br />
disciplinamiento militarizado de las mayorías carenciadas de nuestra<br />
región no es más que un medio que contribuye a sostener las estructuras<br />
dependientes. Los antagonismos y contradicciones entre los sectores<br />
carenciados impiden la conciencia <strong>social</strong> de los mismos. La creación de<br />
estructuras <strong>social</strong>es verticalizadas y la consiguiente destrucción de relaciones<br />
horizontales, es decir, el reforzamiento <strong>del</strong> mo<strong>del</strong>o corporativo de<br />
sociedad y el debilitamiento <strong>del</strong> comunitario es, en definitiva, la principal<br />
función que desempeña el sistema penal en nuestro margen, pero con una<br />
característica que lo distingue nítidamente de la análoga función desempeñada<br />
en los países centrales. La industrialización, desde las primeras<br />
transformaciones quefueron anunciando su advenimiento, hizo necesaria<br />
la concentración de poder verticalizado, para disciplinar militarmente para<br />
la producción, como paso necesario a la acumulación de capital. Esto fue<br />
un proceso originario, sin duda, lo que no sucede en nuestro margen, en<br />
función de la dependencia: aquí la verticalización significó siempre el<br />
<strong>control</strong> de las mayorías para reforzar los vínculos de dependencia, con las<br />
características particulares que la misma asumió en cada etapa que nos<br />
marcó el poder central.<br />
La criminología ha estado siempre ideológicamente vinculada a las<br />
etapas marcadas por el poder central. En cada época ha sido un capítulo<br />
de un concepto de cosmovisión más amplio que era la ideología de turno<br />
en la justificación <strong>del</strong> poder mundial central. En el colonialismo ibérico fue<br />
la superioridad teológicamente señalada <strong>del</strong> colonizador; en el dominio<br />
económico a través de las oligarquías o patriciados proconsulares y<br />
pseudorepublicanos <strong>del</strong> siglo pasado y buena parte <strong>del</strong> presente, fue la<br />
superioridad racial, biológica o civilizadora, "científicamente" señalada. Al<br />
promediar el siglo aparecen los argumentos sistémicos y la teoría <strong>del</strong>