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14 CRIMINOLOGÍA CRÍTICA Y CONTROL SOCIAL<br />
Si tuvimos poco efecto en volver a la gente más honesta y afectuosa,<br />
podemos, al menos, hacer el robo más dificultoso e incrementar el riesgo<br />
de ser capturado y penado... Wilson es el vocero elocuente para no pocos<br />
de nosotros (Marvin Wolfgang en su reseña a Thinking About Crime,<br />
1875).<br />
Una revolución silenciosa tuvo lugar en la criminología convencional de<br />
los EE.UU. y GB. <strong>El</strong> fallecimiento <strong>del</strong> positivismo y de las vías <strong>social</strong>demócratas<br />
de reforma al problema <strong>del</strong> <strong>del</strong>ito ha sido rápido. Unos pocos<br />
comentaristas perceptivos notaron la cantidad de cambios acaecidos en<br />
el centro de la ortodoxia criminológica, pero el alcance <strong>del</strong> cambio de<br />
paradigma ha sido escasamente analizado o limitadamente entendido su<br />
probable impacto.<br />
La primera señal de un realineamiento en la criminología occidental tuvo<br />
lugar en un perspicaz artículo escrito en 1977 por Tony Platt y Paul Takagi;<br />
titulado "Inte/ectuals for Law and Order" (Platt y Takagi, 1981). <strong>El</strong>los<br />
agruparon conjuntamente autores como Ernest van den Haag, James Q.<br />
Wilson y Norval Morris y notaron cuánto representaban ellos el fallecimiento<br />
de vías de entendimiento (liberales y <strong>social</strong>-demócratas) acerca<br />
<strong>del</strong> <strong>del</strong>ito y las prisiones en los EE.UU. "Intelectuales por la ley y el orden<br />
no es una moda criminológica", decían, "sino una influencia decisiva en<br />
la crimonología" (Platt y Takagi, 1981: 54). Desarrollando esta línea de<br />
argumentación, Donald Cressey escribía: La tragedia está en la tendencia<br />
de los criminólogos modernos a disminuir la búsqueda de las causas y a<br />
unirse a los políticos más que desarrollar mejores ideas acerca de por qué<br />
florece el <strong>del</strong>ito, por ejemplo; estos criminólogos Wilson y van den Haag,<br />
Ehrlich, Fogel, Morris y Hawkins -y cientos de otros-, parecen satisfechos<br />
con una criminología tecnológica, cuyo máximo interés es mostrara los<br />
hacedores de políticas cómo reprimirá los <strong>del</strong>incuentes y hacer trabajar<br />
a la justicia penal más eficientemente, (y agrega:) Si más y más criminólogos<br />
responden -y pareciera que asilo están haciendo-, la crimi-nología<br />
tendrá finalmente sólo una orientación "esposada". (Cressey, 1978).<br />
Hay unatendenciadesafortunadaaagruparestos diferentes pensadores<br />
conjuntamente como si ellos fueran políticamente similares. Pero van den<br />
Haag es mucho más un conservadortradicional mientras que Morris es un<br />
liberal <strong>del</strong> tipo de "John Stuart Mill" y Wilson difiere explícitamente de<br />
ambos. Tal confusión hace difícil entender la particular adhesión que<br />
autores tales como James Q. Wilson en los EE.UU. y Ron Clarke en GB han<br />
tenido hacia la nueva criminología administrativa y su habilidad para<br />
movilizar autores de diferentes posiciones en apoyo de políticas más