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36 CRIMINOLOGÍA CRÍTICA Y CONTROL SOCIAL<br />
desvelados y fue un momento de re-examen de los textos clásicos en<br />
términos de, qué luz podrían arrojar sobre el debate. Marx, Durkheim,<br />
Mead, Merton, las escuelas <strong>del</strong> interaccionsimo simbólico, de la<br />
fenomenología y la de Chicago, fueron todas invocadas y examinadas<br />
<strong>crítica</strong>mente. No es por accidente que la criminología y la sociología de la<br />
desviación, durante los sesentas y setentas devinieron tema principal en<br />
muchos de los debates dentro de la metodología y la sociología.<br />
La potencialidad de una criminología radical elaborada fue, por un<br />
tiempo, enorme. Y, en efecto, se expandió rápidamente su influencia<br />
dentro de la educación superior por la diseminación de las ideas de la<br />
Nueva Izquierda. Aunque hubieron defectos sustanciales, tanto en sus<br />
raíces como en el contexto socio-político que desarrolló. La vieja historia<br />
de la <strong>crítica</strong> por la inversión, que ha obsesionado al pensamiento<br />
criminológico desde el novecientos, retornó con vengatividad. La NTD<br />
fluctuó hacia un positivismo invertido: sus actores se volvieron demasiado<br />
racionales y la actividad <strong>del</strong>ictiva fue tanto minimizada como<br />
romanticizada, mientras que la desorganización <strong>social</strong> como noción<br />
desapareció de su vocabulario. Los dictados de un pensamiento "realmente"<br />
radical, infringió una cauterización <strong>del</strong> pasado. No estaba más de<br />
moda aprender <strong>del</strong> estructural-funcionalismo o de la teoría <strong>del</strong><br />
etiquetamiento -el proceso de legitimación había comenzado-. Irónicamente,<br />
como el estructural-funcionalismo mertoniano fue acompañado<br />
hasta la puerta, el funcionalismo althusseriano entró detrás. Muchos<br />
pensaron que la criminología radical era, en sí misma, una imposibilidad<br />
conceptual y se movieron hacia la sociología <strong>del</strong> derecho, otros pensaron<br />
que el <strong>del</strong>ito mismo era un problema menor que no merecía consideración<br />
-la mayoría, que el interés real debía ser el <strong>Estado</strong>-. En total, esto creó un<br />
tipo de teoría unidimensional y "desde arriba hacia abajo", funcionalista<br />
en su núcleo, cuyo interés no era las causas <strong>del</strong> <strong>del</strong>ito sino la relación de<br />
la reacción <strong>del</strong> <strong>Estado</strong> respecto a las necesidades políticas y económicas<br />
<strong>del</strong> capitalismo. Y, con una totalidad funcionando de tal manera, la<br />
reforma, ya seaen las calles, yaen las prisiones, devino una imposibilidad.<br />
Asíf ue como surgió el idealismo de izquierda, y confirmó su predominancia<br />
dentro de la criminología <strong>social</strong>ista con la recesión. De la manera en que<br />
el desempleo y la pobreza subieron vertiginosamente, no siguió siendo un<br />
problema el por qué <strong>del</strong> incremento <strong>del</strong> índice de <strong>del</strong>itos -la respuesta era<br />
obvia y no merecedora de reflexión-. Para los radicales, la crisis etiológica<br />
había desaparecido temporariamente.<br />
Mientras tanto, una silenciosa revolución palaciega tuvo lugar dentro de<br />
la criminología ortodoxa con el surgimiento y rápida expansión de la nueva