La Sirena Varada: Año II, Número 14

ver casos judiciales de difícil solución
como son asesinatos insólitos, filiación
familiar dudosa, patrimonio hurtado de
los incas, violaciones de seguridad de
datos de la gente, fraudes financieros,
negligencia médica, corruptela política,
exportación de cocaína, terrorismo armado,
repatriación de soldados muertos
en la Guerra del Pacífico…
Fue así que el perfil genético de Félix
Martínez fue identificado certeramente
como el asesino según la base de datos
del BIF, tras homologarse las secreciones
salivales enviadas por la Clínica
Dental y las células epiteliales de saliva
de mordisco —conservadas en bolsas
de papel en criminalística desde
1988—, hallada en los senos de Dalia, la
escort que fue asfixiada por el enamorado
surfista en el Centro limeño.
Teresa, la ardorosa madre de Félix,
que fue en minifalda roja a la audiencia
judicial, dijo al Juez delante de todos y
después de leída la sentencia a su hijo,
que apelará el dictamen de veinticinco
años de prisión porque según ella «habían
utilizado un procedimiento basado
en computadoras en lugar del raciocinio
legal humano», incluso dejó claro,
en su perorata ante el tribunal, que
acudiría a la Corte Interamericana de
Derechos Humanos si en Perú no obtenía
real justicia para su noble apellido.
Han pasado casi veinte años y al fin
la familia de la víctima ya tiene la tranquilidad
largamente esperada.
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