La Sirena Varada: Año II, Número 14
El decimocuarto número de "La Sirena Varada: Revista literaria"
El decimocuarto número de "La Sirena Varada: Revista literaria"
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
—Está diluviando —comentó la enfermera<br />
sin que le prestaran atención—. El<br />
paciente decía que le habían apuñalado.<br />
Estaba delirando, el pobre.<br />
Antes de salir del quirófano, el médico<br />
quiso averiguar por qué no pudieron<br />
quitarle la mochila al paciente. Y él, sin<br />
ninguna dificultad, extrajo la mochila y<br />
la abrió.<br />
—¿Qué es esto? —dijo—. Esto parece<br />
una mortaja. Si es una mortaja con<br />
restos humanos, huesos humanos, una<br />
calavera. Me lleva… ¡Una catrina! ¡Una<br />
catrina real y completa!<br />
—¡Ajá! Veo que abriste la mochila —<br />
dijo la catrina. Lucía un sombrero de<br />
charro bordeado con flores azules, un<br />
vestido fucsia y un collar de garbanzos<br />
que bajaba hasta la cintura—. Di sin<br />
temor alguno si no soy hermosa… Mi<br />
lindo sombrero italiano verdoso en reflejarse<br />
en mis ojos no vacila.<br />
«Pero si no tiene ojos», pensó el doctor.<br />
—Te asustas —continuó la catrina— porque<br />
eres nada. Perteneces a la vida efímera;<br />
te acabas eternamente como una gota de<br />
manantial. Ocultas tus huesos con pompas<br />
fugaces, tus miedos con desafíos osados.<br />
Imitas burdamente a la muerte. ¡Ah!, pero si<br />
no te veo en la marcha, te prometo que de<br />
un soplo te retornaré al lugar de todos.<br />
«Vaya con la calaca —se dijo el médico—.<br />
No entiendo por qué me amenaza si<br />
yo no hice nada malo. Hice todo lo posible<br />
para salvar al muchacho, es mi trabajo;<br />
pero el paro cardiaco fue fulminante».<br />
—Esqueletos de verdad —comentó la<br />
enfermera— desfilarán por Reforma y el<br />
80