La Sirena Varada: Año II, Número 14
El decimocuarto número de "La Sirena Varada: Revista literaria"
El decimocuarto número de "La Sirena Varada: Revista literaria"
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
tirándose como un gato juguetón, exhalando<br />
el humo con fuerza.<br />
—Anoche soñé que volvía a Manderley…<br />
Me mordí los labios obligándome a callar;<br />
no quería iniciar una discusión, pero<br />
ella debía saber que su vuelta a casa era<br />
impensable. Cómo podía siquiera sugerirlo,<br />
seguía tan loca como siempre. Aspiré<br />
profundamente el aire acuoso, y estornudé.<br />
Ah, ahora caía. <strong>La</strong> diferencia que me<br />
intrigaba no era algo, sino su ausencia:<br />
Julia no llevaba perfume. Y eso la volvía<br />
perturbadoramente cercana, como<br />
si se hubiera eliminado una barrera.<br />
Cercana… Pasé la mano por encima<br />
de mi ropa, desde la pelvis hasta la axila<br />
izquierda, recorriendo el meandro en relieve<br />
de la vieja cicatriz. Sentí un escalofrío<br />
y me puse en pie sacudiendo los pantalones<br />
a palmetazos, un poco teatralmente.<br />
—Vamos, te llevo, no se vaya a hacer<br />
tarde –balbuceé.<br />
Pero se había dado cuenta, olía el<br />
miedo. Sonrió, traviesa y dominante.<br />
Encadenó sus ojos con los míos —ya no<br />
había posibilidad de evitarlos— y acercó<br />
los labios hasta rozarme la mejilla.<br />
—<strong>La</strong> próxima vez no fallaré. Lo sabes,<br />
¿verdad?<br />
Había caído una neblina que difuminaba<br />
los bordes de las cosas. Mientras<br />
nos dirigíamos al coche pensaba en<br />
que Julia podía ser lo que fuese, pero<br />
nunca, jamás, había dicho una mentira.<br />
76