mexicanas
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¿El autor nace o se hace? Un proceso editorial cercano como coyuntura<br />
para formar autores<br />
¿Cómo es la estructura de los artículos? El autor de un texto que se inserte en una<br />
revista debe saber que ninguna persona lee la publicación completa —a excepción<br />
del editor— y que muy difícilmente los lectores absueltos leen un texto de principio<br />
a fin de una sola vez.<br />
Siendo esto así, es preciso atender varias características del texto para volverlo<br />
atractivo y consumible en pequeños bocados, pues los posibles lectores se verán<br />
enganchados por un título, por el resumen, por la historia gráfica que lo acompaña<br />
y ya, en segundo término, por el texto mismo.<br />
Medir esto en la publicación que se hojea a modo de reconocimiento implica<br />
revisar, por ejemplo, cómo se estilan los títulos —si predominan los de carácter<br />
minuciosamente descriptivo, como título de tesis, o si se pueden tomar libertades y<br />
sugerir encabezados más poéticos, atractivos y evocativos—, cuántos son y cómo se<br />
presentan los subtítulos, 8 si se usan epígrafes, si hay balazos de información, etcétera.<br />
¿Cómo son los textos? Indudable y forzosamente predominará el carácter<br />
explicativo de los textos que aparecerán en cualquier revista académica o de<br />
divulgación, pero se puede ir más allá en la revisión de este requisito: se puede<br />
escudriñar si la publicación sujeta al autor a formatos rígidos en los que se le pide<br />
explícitamente una estructura —introducción, estado del arte, metodología,<br />
experimentos, discusión, conclusiones, sólo por mencionar algunos— o si el autor<br />
puede proponer la forma estilística del ensayo. 9<br />
¿Qué tipo de apoyo visual acompaña a los artículos? Muchos autores están acostumbrados<br />
a ser excesivamente literales, de modo que si su texto habla de los debates filosóficos<br />
que se llevaron a cabo alrededor del descubrimiento de una rana verde con puntos<br />
rojos, este tipo de autores se empeña en que en el artículo salga una rana verde con<br />
puntos rojos. No importa que se publique a una tinta y no se distingan los puntos, no<br />
importa que la esencia del artículo sea el debate y no la rana, no importa que el animal<br />
se haya extinto y no haya fotografías o dibujos —a estas alturas nada importa—, ellos<br />
quieren que aparezca en su texto una rana verde con puntos rojos.<br />
Para tratar de entender esta postura sólo me resta conjeturar que esta forma de<br />
pensar es una deformación de origen, una distorsión profesional enraizada en los<br />
primeros tiempos de formación, cuando se dibujó el tiro parabólico para analizarlo,<br />
cuando se acompañó con diagramas de bloque el reporte de las prácticas de<br />
laboratorio o cuando en el campo se reprodujo en un dibujo “tal cual son las cosas”.<br />
Pero como uno de los cometidos de la divulgación es la lectura placentera y no la<br />
8<br />
Los subtítulos sirven como separación temática y como referencias para el lector que toma descansos<br />
y luego retoma la lectura.<br />
9<br />
En el ensayismo cabe todo: la narración solapada, la poesía, la divagación; cartas, conferencias, diario<br />
íntimo (Sabugo, 1984: 152).<br />
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