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Eduardo Blanco Venezuela Heroica
Eduardo Blanco
Venezuela Heroica
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Venezuela heroica 101
este objeto, mueve todo el ejército, el cual, como un gigante extiende sus
robustos brazos para oprimir y ahogar en ellos aquel grupo de insolentes
que osan combatirlo. Dos regimientos al mando de Calzada vuelan a
ocupar la orilla del Arauca, para impedirle a Páez ganar de nuevo el campo
de los suyos, mientras la quinta división, que dirige Latorre, describe
extensa curva con el fin de rodearle por la izquierda.
Desde la margen opuesta, el ejército republicano divisa con profunda
ansiedad aquel puñado de valientes circunvalados por fulminantes enemigos.
Cada vez más furiosos, nuestros intrépidos lanceros embisten sobre el
centro que sostiene Morillo, repliegan sobre uno de los flancos, acometen
al otro, provocan con insultos la numerosa caballería realista, que
principia a moverse, y retroceden al cabo, tratando de escapar de aquel
círculo de fuego que los oprime y aniquila.
A la cabeza de cuarenta jinetes, rompe Páez las filas de Calzada. La
brecha queda abierta.
Aramendi se lanza como el rayo, atropella los cazadores de Pereira que
intentan detenerlo; el resto de los lanceros se escapa por la brecha y aquellos
ciento cincuenta héroes admirables se fingen derrotados y se alejan veloces.
Morillo los cuenta por perdidos, y como azuza el cazador la furiosa
jauría tras el ciervo que huye, arroja sobre Páez mil doscientos caballos
impetuosos, húsares, dragones, carabineros y lanceros, ávidos de vengar
aquel día las frecuentes derrotas tantas veces sufridas.
Esquivando los fuegos de la izquierda realista, Páez abandona la montuosa
ribera del Arauca; divide en siete grupos sus bizarros jinetes: los
encabezan Mina, Fernando Figueredo, Muñoz, Rondón, Juan Gómez,
Carmena y Aramendi, los cuales se alejan, primero a toda brida y luego
a media rienda, llevando en pos la numerosa caballería realista que los
persigue con ahínco.