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Eduardo Blanco Venezuela Heroica
Eduardo Blanco
Venezuela Heroica
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Venezuela heroica 21
ran a sus puertas las huestes del feroz asturiano. Decae la fe en los más
alentados. Una parálisis violenta producida por el terror amenaza anonadar
al patriotismo. Cual si uno de los gigantes de la andina cordillera
hubiese vomitado improviso una tempestad de lavas y escorias capaces
de soterrar el continente americano, todo tiembla y todo se derrumba.
Solo Bolívar no se conmueve; superior a las veleidades de la fortuna,
para su alma no hay contrariedad, ni sacrificio, ni prueba desastrosa que
la avasalle ni la postre.
Sin detenerse a deplorar los hechos consumados, alcanza con el relámpago
del genio los horizontes de la patria; pesa la situación extrema
a que le trae la rota de Campo-Elías y la doble invasión que practican a
la vez Rosete y Boves sobre la capital y sobre el centro de la República;
mide sus propias fuerzas, que nunca encontró débiles para luchar por la
idea que sostuvo, y concibe y pone en práctica con enérgica resolución
un nuevo plan de ataque y defensa.
Seguido de una parte de las tropas que asedian a Puerto Cabello, fija
en Valencia su cuartel general; punto céntrico para atender a D’Eluyar
a quien ha dejado frente a los muros de la plaza sitiada, a su ala izquierda,
que cubre el Occidente, y para conjurar el conflicto producido en
Aragua con la aproximación de Boves.
A la vez que Ribas improvisa en Caracas una división para marchar
sobre el enemigo, Aldao recibe orden de fortificar el estrecho de la Cabrera,
donde va a situarse Campo-Elías con los pocos infantes salvados
de la matanza de la Puerta.
A Urdaneta, que combate en Occidente, se le exige reforzar con parte
de sus tropas las milicias que se organizan en Valencia. Ínstase a Mariño
para que acuda al auxilio del Centro. Díctanse medidas extremas;
pónese a prueba el patriotismo; el que puede manejar un fusil se hace
soldado; acéptase la lucha, por desigual que sea; y Mariano Montilla,