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Eduardo Blanco Venezuela Heroica

Eduardo Blanco

Venezuela Heroica

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Venezuela heroica 147

XXVII

Reforzado Anzoátegui con los Bravos de Páez, carga a la bayoneta al

batallón Cazadores del Rey que ocupa a nuestra derecha una cañada,

y cuyos fuegos cruzados y certeros nos hacían grave daño; después de

un duro choque, los Cazadores ceden el terreno, repliegan sin concierto,

y, atropelladamente, van a buscar amparo en las columnas con que

personalmente nos disputa Barreiro el recuesto de la meseta, donde

tan vigorosamente se sostiene. Anzoátegui aprovecha el momento de

confusión producido en la línea española por sus repelidos Cazadores,

acomete resueltamente por el flanco que desampara el enemigo y trata

de envolverle. En aquella emergencia el Libertador juzga oportuna la

intervención de la caballería, y ordena a sus llaneros cargar al enemigo.

Eran las tres y media de la tarde, cuando con la primera muestra de

flaqueza de las tropas castellanas, sonó para ellas la hora aciaga de la

catástrofe.

Los clarines de nuestros escuadrones dan al viento sus vibradoras voces.

Barreiro las oye y se estremece; eran aquellas las mismas notas, especiales y

terribles que precedieran a la espantosa acometida de Pantano de Vargas.

A par se lanzan impetuosos a la cabeza de sus tremendos escuadrones,

Mellao, Mujica, Infante y el ya ilustre Rondón, por la empinada falda,

sobre los tercios españoles que defienden la altura.

—¡Firmes y viva España!, grita Barreiro a sus soldados; y en nubes de

metralla envuelve los trozos de jinetes que le acometen por el frente;

azuza sobre los que le atacan por la izquierda los granaderos de a caballo

y ordena a los dragones de González acuchillarlos por el flanco. Empero

no resisten los unos ni los otros el choque de Rondón: a rienda suelta

huyen los primeros, los segundos ruedan revolcados por la pendiente.

Solo un cuerpo de reserva espera briosamente a nuestros escuadrones y

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