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Eduardo Blanco Venezuela Heroica
Eduardo Blanco
Venezuela Heroica
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Venezuela heroica 41
se aviva en todos los flancos del desmantelado recinto. Con palabras de
aliento, Ribas galvaniza una vez más el cadáver de su ejército; y paseando
su fúlgida mirada sobre el grupo de jefes y oficiales que le cercan,
exclama, indicándoles con gesto imperioso el inquieto escuadrón que
solo espera un jefe para lanzarse al combate: “al más bravo.”
Todos acuden presurosos a disputarse la gloria en aquel postrer esfuerzo
de heroísmo; pero todos retroceden sorprendidos ante la actitud triunfante
de Montilla que ya ocupa el puesto ambicionado. Suya es la gloria,
el escuadrón tiene un jefe al igual de la empresa que pretende acometer.
El campo entero victorea a sus valientes camaradas. Montilla da la
voz de “adelante”; e intrépido se lanza sobre las bayonetas enemigas a la
cabeza del escuadrón confiado a su bravura.
Tanta audacia pasma de asombro a los apiñados batallones realistas
que repletan las calles. El escuadrón republicano, convertido en ariete,
rompe las filas de Morales, destroza, pisotea, siembra el suelo de cadáveres,
pasa al otro lado del ejército dejando un ancho surco que rebosa
de sangre; y llega á, tiempo de auxiliar a Campo-Elías, a pique de ser
envuelto por la caballería enemiga.
Los llaneros de Boves ceden al choque de los dragones de Montilla.
Las tropas republicanas victorean con entusiasmo al vencedor en
Mosquiteros.
Campo-Elías y Montilla se abrazan en medio del combate; y juntos
cargan de nuevo al enemigo, que retrocede amedrantado ante el supremo
esfuerzo de aquel grupo de héroes.
Entre tanto, Ribas abandona la defensa; forma una sola masa con los
restos del ejército; sale de la plaza en columna cerrada; arrolla cuanto le
resiste, dispersa los lanceros de Boves, destroza a Morales que intenta
hacerse firme, siembra el terror en todos y queda dueño del campo de
batalla.