Colección-Bicentenario-Carabobo-3-Blanco-Eduardo-Venezuela-heroica
Eduardo Blanco Venezuela Heroica
Eduardo Blanco
Venezuela Heroica
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
154
Eduardo Blanco
del ejército combatían o maniobraban a distancias inmensas. Entre Bermúdez,
que sostenía la guerra en las provincias orientales de Venezuela,
y Montilla, que combatía en las márgenes del Magdalena, mediaba una
distancia aproximada de cuatrocientas leguas. Semejante amplitud en
las operaciones de un reducido ejército, dadas entre otras circunstancias
que se oponían al desempeño de los mejores planes, las especiales de
nuestra topografía: con sus vastos desiertos, sus inmensas montañas, sus
caudalosos ríos; y la escases de población y la ausencia completa, las más
veces, de vías de comunicación y de recursos para vencer tantas dificultades,
habrían hecho impracticable las combinaciones políticas y militares,
sin el genio esclarecido de Bolívar y la infatigable movilidad de espíritu
y de cuerpo de aquel atleta dominador de imposibles, rápido como el
rayo, y perseverante en sus propósitos como las leyes inmutables.
Adquiridas ventajas tan trascendentales para la causa americana, cual
lo fueran el aniquilamiento de Barreiro y la ocupación de Bogotá; el
Libertador no se detiene en el vecino Estado sino el tiempo indispensable
para formar la base de su nueva organización. Perseverante, como
siempre, sin dar tregua a la ruda fatiga, sordo al arrullo de la lisonja y
esquivo a los halagos y la embriaguez del triunfo, retoma a Venezuela
tramontando los Andes, desciende el Orinoco hasta Angostura, proclama
a Colombia por un decreto del Congreso y dicta y pone en práctica
las medidas conducentes a una nueva campaña.
Montilla va a invadir el Magdalena: Urdaneta marcha a tomar el mando
de las tropas reunidas en Cúcuta: Soublette remonta el Orinoco con
una fuerte división; y Mires y Valdez se adelantan sobre Sogamoso.
Bermúdez, entretanto, apoyado por Cedeño, Monagas y Zaraza, aviva
el fuego de la lucha en las provincias orientales, mientras que Páez en las
llanuras del Apure y Barinas, centro de operaciones contra el grueso del
ejército expedicionario regido por Morillo, despliega sus dotes militares