El Gran Burundún-Burundá ha muerto : la dictadura como
El Gran Burundún-Burundá ha muerto : la dictadura como
El Gran Burundún-Burundá ha muerto : la dictadura como
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>El</strong> tema de <strong>la</strong> <strong>dictadura</strong> en <strong>la</strong> narrativa del mundo hispánico: (Siglo XX)<br />
de <strong>la</strong> nove<strong>la</strong>, pasan en procesión incesante, cargados de cadenas, camino de <strong>la</strong> cárcel, <strong>la</strong> atormentada<br />
«niña» Fedina, <strong>la</strong>s mujeres mismas del burdel de doña Chon, más humanas en su miseria que cualquier<br />
exponente de <strong>la</strong> <strong>dictadura</strong>, el estudiante que encerrado en <strong>la</strong> cárcel proc<strong>la</strong>ma el valor de <strong>la</strong> acción<br />
frente a <strong>la</strong> resignación de <strong>la</strong> oración.<br />
Sobre este infierno humano, en el que actúan los seres más repugnantes, entre ellos, por bello que<br />
sea, el favorito del Presidente, Cara de Ángel, domina un personaje del cual Asturias no da ni siquiera<br />
el nombre y al que nunca describe físicamente, enigmático, frío y cruel, que incute no so<strong>la</strong>mente temor<br />
sino también cierto respeto <strong>ha</strong>sta en sus enemigos. <strong>El</strong> mismo Asturias refería siempre que cuando fue<br />
con otros opositores a exigir <strong>la</strong> renuncia al vencido dictador Estrada Cabrera, todavía el hombre ejercía<br />
una fuerte sugestión sobre todos ellos. Pervivencia, <strong>como</strong> explicó años más tarde, de <strong>la</strong> sugestión del<br />
mito en países de fuertes raíces indígenas, del<br />
hombre-mito, el ser-superior (porque es eso, aunque no queramos), el que llena <strong>la</strong>s funciones de<br />
jefe tribal en <strong>la</strong>s sociedades primitivas, ungido por poderes sacros, invisible <strong>como</strong> Dios, pues entre<br />
menos corporal aparezca, más mitológico se le considerará. La fascinación que ejerce en todos, aún en<br />
sus enemigos, el <strong>ha</strong>lo de ser sobrenatural que lo rodea, todo concurre a <strong>la</strong> actualización de lo fabuloso,<br />
fuera de un tiempo cronológico. 37<br />
Eran los tiempos anteriores a <strong>la</strong>s aparatosas manifestaciones inauguradas por dictadores europeos<br />
<strong>como</strong> Mussolini, hombre siempre público, y que en América Central, en Guatema<strong>la</strong>, debía imitar más<br />
tarde el general Jorge Ubico, recorriendo en motocicleta el país y administrando personalmente, a <strong>la</strong><br />
manera de los reyes medievales, una justicia arbitraria, <strong>como</strong> bien <strong>ha</strong> representado Dante Liano en<br />
su nove<strong>la</strong> <strong>El</strong> misterio de San Andrés 38 .<br />
En <strong>El</strong> Señor Presidente Asturias tiende sobre todo a presentar el poder deformante y desmoronador<br />
de <strong>la</strong> <strong>dictadura</strong>, <strong>la</strong> difusión de un clima en el que <strong>la</strong> personalidad humana se anu<strong>la</strong> frente al temor.<br />
<strong>El</strong> mismo Cara de Ángel experimenta este resultado último de un sistema al que durante varios años<br />
<strong>ha</strong> apoyado y cuya sustancia se resume en el silogismo: «pienso con <strong>la</strong> cabeza del Señor Presidente,<br />
luego existo, pienso con <strong>la</strong> cabeza del Señor Presidente, luego existo» 39 .<br />
37 M. Á. Asturias, «<strong>El</strong> Señor Presidente <strong>como</strong> mito», art. cit. , pp. 13-14.<br />
38 Cfr. Dante Liano, <strong>El</strong> misterio de San Andrés , México, Editorial Praxis, 1996. Ver pp. 209-217.<br />
39 M. Á. Asturias, <strong>El</strong> Señor Presidente , Buenos Aires, Editorial Losada, 1948, p. 244.<br />
17