El Gran Burundún-Burundá ha muerto : la dictadura como
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<strong>El</strong> tema de <strong>la</strong> <strong>dictadura</strong> en <strong>la</strong> narrativa del mundo hispánico: (Siglo XX)<br />
Confiesa García Márquez que <strong>la</strong> primera inspiración para <strong>El</strong> general en su <strong>la</strong>berinto <strong>la</strong> encontró<br />
en un cuento de su amigo Álvaro Mutis, <strong>El</strong> último rostro 202 . <strong>El</strong> re<strong>la</strong>to de Mutis fue recogido en<br />
el tomo de narraciones titu<strong>la</strong>do La muerte del estratega 203 y está centrado en los día finales del<br />
Libertador, refugiado en el retiro de Pie de <strong>la</strong> Popa.<br />
Hay quien <strong>ha</strong> querido rebajar casi a falta de originalidad <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> de Gabriel García Márquez,<br />
precisamente por <strong>ha</strong>berse inspirado en el cuento de su amigo. Juicio injustificado, puesto que a ambos<br />
escritores los mueve, es cierto, una misma emoción frente a <strong>la</strong> muerte del héroe, pero el desarrollo<br />
es totalmente distinto, visible en <strong>la</strong> estructura y naturalmente en <strong>la</strong> extensión diferente de <strong>la</strong>s dos<br />
obras. Mutis construye su re<strong>la</strong>to <strong>como</strong> «fragmento» de un manuscrito, unas cuantas páginas del diario<br />
de un coronel po<strong>la</strong>co, Miecis<strong>la</strong>w Napierski, quien después de <strong>ha</strong>ber prestado servicio en el ejército<br />
napoleónico, a <strong>la</strong> caída del Emperador se fue a América para alistarse en el ejército de Bolívar y<br />
cuando llegó todo <strong>ha</strong>bía terminado; tuvo, sin embargo, el privilegio de conocer al Libertador. <strong>El</strong> militar<br />
re<strong>la</strong>ta sus impresiones y el contenido de sus coloquios con el héroe en un manuscrito que el narrador<br />
colombiano afirma <strong>ha</strong>ber adquirido en una subasta londinense, «pocos años después de terminada <strong>la</strong><br />
segunda guerra mundial» 204 .<br />
<strong>El</strong> personaje Bolívar impresionó al coronel po<strong>la</strong>co, no so<strong>la</strong>mente porque le recordaba «el rostro de<br />
César en el busto del Museo Vaticano», sino por una «expresión de atónita amargura» 205 . Mutis nos<br />
presenta el refugio último del héroe, un ambiente de extrema sobriedad, cuando no de pobreza, que<br />
también García Márquez <strong>ha</strong>ce propio:<br />
Mi primera impresión -escribe el coronel Napierski- fue de sorpresa al encontrarme en una amplia<br />
<strong>ha</strong>bitación vacía, con alto techo artesonado, un catre de campaña al fondo, contra un rincón, y una<br />
mesa de noche llena de libros y papeles. De nuevo <strong>la</strong>s paredes vacías llenas de churretones causados<br />
por <strong>la</strong> humedad. Una ausencia total de muebles y adornos. Únicamente una sil<strong>la</strong> de alto respaldo,<br />
202 Cfr. Ibi. , <strong>la</strong> dec<strong>la</strong>ración inicial.<br />
203 Álvaro Mutis, La muerte del estratega , México, Fondo de Cultura Económica, 1985.<br />
204 Cito por <strong>la</strong> edición más reciente (que recoge los textos narrativos de «La muerte del estratega»,<br />
«<strong>El</strong> último rostro», «Antes de que cante el gallo» y «S<strong>ha</strong>raya»): Á. Mutis, <strong>El</strong> último rostro , Madrid,<br />
Sirue<strong>la</strong>, 1990, p. 37.<br />
205 Ibi. , p. 41.<br />
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