El Gran Burundún-Burundá ha muerto : la dictadura como
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<strong>El</strong> tema de <strong>la</strong> <strong>dictadura</strong> en <strong>la</strong> narrativa del mundo hispánico: (Siglo XX)<br />
<strong>como</strong> <strong>ha</strong>bían sido otros muchos dictadores y tiranos ilustrados del Continente» 137 , mientras que el<br />
Primer Magistrado es hombre de amplia y refinada cultura.<br />
Siguiendo a Tirano Banderas , con <strong>El</strong> Señor Presidente inevitable lectura, Carpentier conforma<br />
el escenario de su nove<strong>la</strong> <strong>como</strong> un complejo mundo tropical-americano: alude a «nuestras Tierras<br />
calientes» 138 ; el país tiene un puerto, sus montañas, sus «Andes». <strong>El</strong> narrador despista al lector,<br />
impide una exacta identificación geográfica acudiendo a detalles varios, <strong>como</strong> <strong>la</strong> descripción de una<br />
fiesta de carnaval más bien cubana, ritos fúnebres que parecen mexicanos, una vegetación tropical<br />
exuberante, con colores y aromas intensos y embriagadores, pueb<strong>la</strong> el territorio de cataratas y volcanes<br />
y lo llena de «indios, negros, zambos, cholos y mu<strong>la</strong>tos» , donde «sería difícil ocultar a los cafres»<br />
139 . Mundo que constituye para el dictador, frecuentemente en París por <strong>la</strong>rgas temporadas, un «allá»<br />
<strong>ha</strong>cia el cual va un sentimiento de odio-amor, de rec<strong>ha</strong>zo y nostalgia.<br />
En cuanto a <strong>la</strong> determinación temporal, el narrador llena <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> de fec<strong>ha</strong>s referentes a meses y<br />
días, indica años, pero sin que ayuden a individuar una época exacta acerca de los acontecimientos;<br />
los cuales, sin embargo, permiten situar <strong>la</strong> acción en un período que va de una época anterior a <strong>la</strong><br />
primera Guerra Mundial <strong>ha</strong>sta <strong>la</strong> segunda postguerra, con una proyección final de <strong>la</strong> «historia»: <strong>la</strong><br />
fec<strong>ha</strong> del epílogo, 1972, denuncia tangible del repetirse constante del drama. <strong>El</strong> tiempo eterno de <strong>la</strong><br />
<strong>dictadura</strong> que denunciara Asturias en su nove<strong>la</strong> repitiendo <strong>la</strong> escena inicial de los presos camino de <strong>la</strong><br />
cárcel, lo consigue el escritor cubano a través de <strong>la</strong> fec<strong>ha</strong> indicada, que acaso indique también cuando<br />
terminó de escribir su nove<strong>la</strong>.<br />
<strong>El</strong> carácter peculiar de <strong>El</strong> recurso del método lo seña<strong>la</strong> el título mismo. Su punto de partida es<br />
el Discours de <strong>la</strong> Méthode de Descartes, aquí «recurso», recurso de <strong>la</strong> <strong>dictadura</strong> para conservarse.<br />
Cada capítulo de <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> de Carpentier va encabezado por una cita apropiada del texto de referencia,<br />
pero ya desde el título el lector recibe <strong>la</strong> impresión de que va a leer una nove<strong>la</strong> particu<strong>la</strong>r, fuertemente<br />
intelectualizada. La explicación <strong>la</strong> obtiene en el párrafo 8 del tercer capítulo, donde el escritor presenta<br />
al dictador protagonista obligado a enfrentarse con el levantamiento del general Hoffman y decidido,<br />
137 A. Carpentier, <strong>El</strong> recurso del método , op. cit. , p. 327.<br />
138 Ibi. , p. 40.<br />
139 Ibi. , p. 23.<br />
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