El Gran Burundún-Burundá ha muerto : la dictadura como
El Gran Burundún-Burundá ha muerto : la dictadura como
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<strong>El</strong> tema de <strong>la</strong> <strong>dictadura</strong> en <strong>la</strong> narrativa del mundo hispánico: (Siglo XX)<br />
noche de <strong>la</strong> muerte» 238 , <strong>El</strong> color del verano el escritor lo <strong>ha</strong>bía empezado a redactar años antes,<br />
continuado en el hospital y terminado después de <strong>ha</strong>ber concluido Antes que anochezca 239 . De<br />
ahí <strong>la</strong> íntima conexión entre los dos textos; <strong>la</strong> «Introducción», a <strong>la</strong> que pone <strong>como</strong> subtítulo «<strong>El</strong> fin»,<br />
funciona <strong>como</strong> <strong>la</strong>zo de unión entre los dos libros, puesto que tratando de uno también trata del otro.<br />
Contra Fifo-Castro, Arenas afirma que «su <strong>dictadura</strong> era aún peor que <strong>la</strong> de Pinochet, pues jamás<br />
él iba a <strong>ha</strong>cer elecciones libres» 240 , y denuncia que en Cuba «se vive bajo el terror absoluto» 241 .<br />
<strong>El</strong> color del verano es, <strong>como</strong> el autor se expresa, una nove<strong>la</strong> que resume gran parte de su vida en<br />
forma «imaginativa y desenfadada» 242 , una obra<br />
que cuenta <strong>la</strong> historia de un dictador envejecido y enloquecido, y que toca descarnadamente el tema<br />
homosexual, tema tabú para casi todos los cubanos y para casi todo el género humano. La obra se<br />
desarrol<strong>la</strong> en un gran carnaval en el que el pueblo logra desprender <strong>la</strong> Is<strong>la</strong> de su p<strong>la</strong>taforma insu<strong>la</strong>r y<br />
marc<strong>ha</strong>rse con el<strong>la</strong> <strong>como</strong> si fuera un bote. Ya en alta mar, nadie se pone de acuerdo sobre el paradero<br />
y el tipo de gobierno a elegir. Se desata un enorme guirigay al estilo cubano y <strong>la</strong> Is<strong>la</strong>, en medio de<br />
aquel pataleo, <strong>como</strong> no tiene p<strong>la</strong>taforma, se hunde en el mar 243 .<br />
Visión desesperada del presente y el futuro de Cuba, aunque existe para el escritor una conso<strong>la</strong>ción<br />
y es que «no parece que <strong>la</strong> humanidad pueda ser destruida fácilmente» . Reinaldo Arenas considera,<br />
además, que <strong>ha</strong> valido <strong>la</strong> pena <strong>ha</strong>ber padecido tanto, para asistir a «<strong>la</strong> caída de uno de los imperios<br />
más siniestros de <strong>la</strong> historia, el imperio estalinista» , y también por irse de este mundo «sin tener que<br />
pasar primero por el insulto de <strong>la</strong> vejez» 244 .<br />
No deja el escritor de denunciar <strong>la</strong> responsabilidad que en el imperio de <strong>la</strong> <strong>dictadura</strong> tienen los<br />
intelectuales. En ambos libros <strong>ha</strong>ce dec<strong>la</strong>raciones de fuego contra ellos, sin excluir a Carpentier,<br />
238 Ibi. , p. 11.<br />
239 Ibi. , p. 12.<br />
240 Ibi. , p. 13.<br />
241 Ibi. , p. 14.<br />
242 Ibidem.<br />
243 Ibi. , p. 15.<br />
244 Ibidem.<br />
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