2010_CEOCB_monografia Santiago Maravatio.pdf - Inicio

por Jasé G. Buen Rostro, cronista de Apaseo el Grande, es tronco ancestral étnico, por definidas
corrientes, de Don José Ma. Morelos y Pavón.
Don Juan de Ylláñez fue uno de los primeros europeos que se avecindaron en el Bajío, tal
vez desde 1558, tuvo dos hijas las cuales al llegar la edad núbil una se casó con Francisco de Ortega y
la otra con Martín Hernández; pero en una epidemia de matlazahuatl murieron su esposa, sus dos
hijas y sus dos yernos, sobreviviendo solamente él, Don Juan Ylláñez, y sus nietos: Martín de Ortega,
Martín Hernández y las tres hermanas de éste último. Una de ellas se casó y las otra dos se
entregaron a la vida monástica en el convento de Santa Clara de la ciudad de México, tomando los
nombres de Sor Melchora de los Reyes y Sor Antonia de San Juan.
Don Juan de Ylláñez murió el 31 de diciembre de 1599, en su hacienda de labor de San
Buenaventura, en el valle de Huatzindeo, jurisdicción de la villa de Celaya, dejando un testamento
muy confuso, ya que hacía referencia a muchas personas con muchas obligaciones. Entre las
personas eran miembros de su familia que radicaban en Coruña, España y eran Fernando de
Mourelos o Morelos hermano, de Juan de Ylláñez; Francisco Labora, su primo y las hijas de
Margarita Labora que era su hermana. Entre las obligaciones: la creación de un convento
franciscano en el valle de Huatzindeo, lo cual se cumplió en 1613 y una capellanía para resguardo de
una imagen de la Inmaculada Concepción que hoy es la patrona de Salvatierra, con la advocación de
la Virgen de la Luz. Esto se tiene conocimiento que es la comunidad que posiblemente ya está
despoblada. Allá por 1950 ó poco después, el muralista Pedro Cruz, de Santa Ana Maya, Mich. y
radicado en Acámbaro, Gto. estuvo decorando una capilla en ese lugar que seguramente es donde se
autorizó en aquellos tiempos el convento franciscano. Digo esto porque en 1599 Salvatierra no
existía, su fundación se realizó el 1 de abril de 1644 con el título fechado el 9 de febrero del mismo
año. Don Juan de Ylláñez, seguramente vino de la Coruña, España, donde estaban algunos de sus
herederos. (José Antonio Buenrostro Servín, Lo que se hereda no se hurta, Memorias del Congreso, pág. 71, Tom. 1V)
La compra de otros sitios aumentaron la propiedad y siendo Virrey el Conde de la
Coruña, de 1582 a 1584, recibieron mercedes Juan Gutiérrez, Juan López de Sande, Diego del Águila,
Diego Lezama, Gregorio González, Francisco Rodríguez, Pedro Téllez de Fonseca, Juan del Molino,
Miguel, Juan y Bartolomé de la cava, que aunque fueron pequeñas las mercedes, unidas hicieron
grupo de cultivos medianamente favorables.
El 16 de enero de 1590 se abrió el testamento de Juan de Ylláñez y declaraba como
heredero universal a Martín Hernández quien otorgó su testamento y se repartieron entre los 6
herederos, las tierras del Valle de Huatzindeo, (lugar de montones de piedras, en purépecha)
quedando por indivisas las montañas de Las Tetillas, llamadas así por la forma que presentan. Se
dice que el testamento de Don Juan de Ylláñez se abrió en 1590, una anticipación de alrededor de 10
años, lo que sería por una deficiencia de salud o que los cronistas en vez de poner 1600 anotaron
1590.
El 25 de enero de 1665, por Real Provisión, se entregó la hacienda de Maravatío a los
religiosos carmelitas descalzos del convento de San Alberto de Salvatierra, por una capellanía que
fundó doña Paula de Enríquez de Guzmán, con un capital de 14 mil pesos.
El Turismo
105