2010_CEOCB_monografia Santiago Maravatio.pdf - Inicio

delante de todo el público encaminó a Eliseo que se hallaba presente, no lo dejó ver los toros o
jaripeo. El pleito estaba cazado.
Poco tiempo después hubo fiesta en La Lagunilla del Carmen, tierra natal de Eliseo
López, quien a propósito, viendo que allí estaba Carmen Becerra, su rival, se posesionó de la puerta
del corral o plaza de toros, con el fin de no dejarlo entrar. Al intentar entrar Carmen, Eliseo azotó su
caballo con un garrote en la cara, del caballo, entonces intervino J. Carmen Cuna Zamora, diciendo a
Eliseo: “ Mira vale, él viene a divertirse y no es justo que no lo dejes entrar o mejor dicho, que lo
saques; porque ya está adentro, mira, por mí y todo lo que va a decir la gente de todo el rancho, por
esta vez déjalo; ustedes traen pleito casado, mejor otro día y en otro lugar lo arreglan, no nos vayan a
descomponer la fiesta. Cheo, hazme caso, todas las familias están divirtiéndose y eso nunca te lo
perdonarían. “ Así lo calmó y todo quedó en paz por lo pronto…”
El día 1 de enero de 1963, J. Guadalupe Zamora, originario de La Lagunilla del Carmen, se
preparó para irse a la fiesta de Año Nuevo que se celebra cada año en Maravatío del Encinal, donde
tenía muchos amigos. Antes de salir le dijo a su hijo Jesús: “ Prepárate, vamos a la fiesta a Maravatío.”
Jesús contestó: “Yo no voy a Maravatío, el siguiente domingo voy con mis cuñados a los toros a Pejo.”
Sus cuñados eran Daniel, Rubén y Eliseo Cuna a quienes también mucho les gustaba lazar en los
jaripeos. Guadalupe le indicó a Jesús: “ Si no quieres ir a Maravatío ve a la joya a traer unas yeguas
que andan allá, échalas por el reparo, si es posible hasta la manga.”
Jesús no quiso ir con su padre, porque andaba resentido con él; este resentimiento se
debía – según el mismo Jesús platicó – a que andando trabajando con su yunta (Jesús) en la manguita
que está ubicada en la orilla poniente del rancho, junto al zapote, la yunta salió corriendo, se atoró el
arado en algo tan fuerte que no lo pudo zafar , mandó a su hermana Carmen a la casa para que le
trajera un azadón y una pala para sacar un cincho donde estaba atorado el arado. Escarbó su rededor,
lo volvió a forcejear con la yunta y lo sacó; dicho cincho estaba fajando un baúl de madera, ya
podrida, lleno de monedas de oro.
Con lo que su hija Carmela platicó a su padre, éste, Guadalupe Zamora, se presentó a ver,
sucedió cerca de la casa, Jesús al verlo dijo: “ Ya somos ricos, Dios nos socorrió, dicen que estas
monedas valen mucho: hacemos tres partes: una para ti, otra para Carmela y una tercer para mí.”
El dinero, con mucho gusto lo recogieron y llevaron para la casa en una mula, una vez el
dinero en la casa, Jesús y Carmela, reclamaron su parte a su padre, quien les contestó: “ Nada de
parte, aquí yo soy el responsable de la familia y toda la familia depende de mí y por lo mismo, el
dinero es de todos y para todos; pero yo lo voy administrar.” Esto hizo Don Guadalupe Zamora
Rodríguez con sus hijos y esta fue la razón por la cual su hijo Jesús estaba resentido con él.
El día 1 de enero de 1963, Jesús Zamora invitó a su primo J. Refugio Cuna Zamora, para
que lo acompañara a traer las yeguas como le había indicado su padre; ensillaron sus caballos, los
montaron y salieron rumbo a la Joya, echaron la manada de yeguas para el Reparo, se entretuvieron
en La Leona para tomarse un refresco. Antes de que ellos llegaran a La Leona llegó Eliseo López a ese
lugar y en el huanumo, árbol antiguo que existe en La Leona, lo encontraron J. Carmen Becerra, J.
Sacramento Carrillo y Vicente Bautista, todos con arma de fuego en la cintura; Carmen Becerra
fustigó fuertemente a Eliseo con la reata de lazar, puesto que , como ya se dijo, estos muchachos ya
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