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Santiago Maravatío.
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José Ballesteros, gritó a Chon:” ¡ Guau! ¡guau! ¡guau! “ Chon Montero, enojado disparó la pistola al
viento, puesto que borracho como andaba, no vio a nadie y se fue, retirándose a su casa. Chon no iba
con fines malos, al contrario quería que el Padre le ayudara a resolver el problema que ya traía; pero
la gente lo mal interpretó.”
J. Socorro Navarrete, Inspector de Policía, fue avisar a Irene López que Chon Montero
iba a matar al Padre Fr. Nicolás López Gaitán. Don Irene se fue a ver al Padre con quien se puso de
acuerdo para que éste arreglara sus cosas y todo su equipaje, pidiera una carreta para salir de
Santiago Maravatío y después de su salida que el pueblo linchara a Chon Montero.
Casildo Mercado, conocedor del problema, pasó al curato donde encontró al Padre
Gaitán preparado su equipaje para salir; Casildo le dijo: “ No Padre, tú no te vas, tu regaste la basca y
tú la vas a juntar; porque nadie más que tú lo puede hacer; el momento está crítico y tú como
sacerdote, lejos de atenuarlo lo vas agrandar más.”
El Padre Fr. Nicolás López Gaitán mandó llamar a Irene López para convencerlo de que él
no se iba, que no había pasado nada, que las cosas iban a seguir como siempre, que todo estaba en
paz, que convenciera y calmara a la gente.
Don Chon Montero quedó con el presentimiento del recelo, se fue a México mientras
transcurría el tiempo y limaban las asperezas; continuó su periodo presidencial el señor Don
Galindo Mercado.
En el mes de abril del año de 1945, como es costumbre entre los religiosos, ya que los
vicarios de Santiago Maravatío eran todavía religiosos agustinos, (Dejaron de serlo hasta 1950, en
que por falta de personal, en ese año se entregó la vicaría a los clérigos de la Diócesis de Morelia
Michoacán) al cambiar al P. Nicolás López Gaitán, a la comunidad del Cimental, municipio de
Yuriria, dejó una verdadera basca entre los vecinos de Santiago Maravatío, por motivo de su cambio
y la llegada de Fr. Isidoro Chávez a quien él no estimaba. El P. Gaitán estaba muy a gusto en este
pueblo, razón por la cual no quería salir a navegar a otro lugar. Mientras los vecino del barrio de La
Cruz lo consideraban un santo, otras personas lo consideraban mujeriego y asesino. Así son las
lenguas de los vecinos de los pueblos chicos.
El señor Alfredo Jiménez platicó a quien escribe: “ El P. Gaitán a mi me dijo: “ Alfredo
Ruiz es un elemento muy malo, mátalo ( así con esas palabras ) matar aun hombre de esa naturaleza
no es pecado; porque le vas a quitar una carga y un peligro a la vecindad; yo te doy a mi sobrina para
que te cases y dinero para que vivas con ella.”
José Páramo Ruiz platicó algo parecido o peor: El Padre Nicolás López Gaitan le dijo:“
Matar por vivir no es pecado, si no matas a Pío Guzmán y a Justo Sierra, ellos te van a matar a ti. José
Páramo Ruiz, consideró el caso y se hizo la restricción mental: “ Ciertamente no somos muy amigos,
pero tampoco enemigos para quitarles la vida.” ¡Qué clase de sacerdote es este Padre! ¡ Yo no lo
entiendo, si los sacerdotes siempre nos están aconsejando que evitemos los asesinatos! Daniel su
hermano sí quería por el solo hecho de que era el Padre el que lo deseaba; él le dijo: “¿ A ti qué te
importa…? Esos son problemas y asuntos del Padre, él que los resuelva. Yo como seglar y sin