16.05.2013 Views

2010_CEOCB_monografia Santiago Maravatio.pdf - Inicio

2010_CEOCB_monografia Santiago Maravatio.pdf - Inicio

2010_CEOCB_monografia Santiago Maravatio.pdf - Inicio

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>Santiago</strong> Maravatío.<br />

18<br />

Curuxán sentía el ardor del odio con los españoles, y sólo por la amabilidad y consejos<br />

del buen fraile en quien, aunque era español, le aceptaba su bondad y buenas intenciones para con<br />

su raza la cual él, Curuxán, defendía a costa de todo. A pesar de sentir simpatía con el fraile, Fr.<br />

Alonso de Alvarado, Curuxán ardía en odio por lo que los españoles le hacían: la encarnizada<br />

matanza de su etnia, el despojo de sus doncellas, su terruño y el atropello de su dignidad, gracias a la<br />

superioridad de sus armas. Curuxán, al notar que su hija Yorahue reflejaba tendencia inclinatoria<br />

hacía los españoles, le advirtió: “Por ningún motivo se te vaya ocurrir hacer amistad con los blancos<br />

que tanto mal nos han hecho, arruinándonos de todo a todo, con el maltrato que hacen a toda nuestra<br />

raza.<br />

Don Alonso de Navarrete, a pesar de las pláticas de reconciliación que había tenido con<br />

Curuxán, sabía que éste lo odiaba; pero él, Don Alonso, embelesado como quedó con las prendas de<br />

mujer y la calidad personal de Yorahue y sabiendo que ésta le correspondía, se dio sus mañas de<br />

enamorado para entrevistarse con ella, a pesar de las dificultades, con su estimada y preferida<br />

Yorahue. Se escabullía de la mirada de Curuxán a quien sorprendía a la hora de sus siesta para<br />

entrevistarse con la reina de las faldas de las mesas de Maravatío.<br />

Pero no faltó el día en que Curuxán, por medio de sospechas o díceres de algún allegado<br />

o vigía, sorprendió a su hija Yorahue platicando con Don Alonso de Navarrete, quien ya tenía<br />

arreglos con el fraile Alvarado para su próximo matrimonio; esperaban poco tiempo para darle a<br />

saber a Curuxán la decisión de su hija y su pretendiente. Para esto, Fr. Alonso de Alvarado con su<br />

capacidad intelectual y su sutileza de ingenio, sólo daba tiempo al tiempo para aprovechar el<br />

momento y éste se adelantó; pero no a favor, sino todo lo contrario, sucediendo lo que no pudo<br />

menos que suceder, sucedió:<br />

Curuxán sorprendió a su hija Yorahue platicando con su pretendido Don Alonso de<br />

Navarrete, quien por respeto, como lo exigían las circunstancias del momento, se escabulló<br />

retirándose a su aposento en donde se abstrajo de todo, y no supo de nada.<br />

Mientras tanto Curuxán dijo a Yorahue: “Ya te he dicho que por ningún motivo quiero<br />

que tengas amistad con los blancos; los blancos son los individuos más malos que existen sobre la<br />

tierra: nos quitaron nuestras tierras, nuestra libertad, nuestra dignidad, nada nos dejaron, y por<br />

ningún motivo quiero que tengas amistad con ese hombre que tanto daño nos ha hecho, olvídate de<br />

él para siempre”.<br />

Yorahue le contestó: “ ¡Hay papacito! a Don Alonso de Navarrete lo quiero más que a mi<br />

propia vida y por nada del mundo lo olvidaré, prefiero mejor morir que dejarlo!”.<br />

Curuxán, como su nombre lo indica, (concursante vencedor) era especialista en el<br />

manejo del arco y al oír la expresión de su hija, lleno de cólera y con la puntería que tenía, pulsó su<br />

flecha con su dardo envenenado, lo lanzó perforando el pecho y el corazón de su hija Yorahue, quien<br />

instantáneamente quedó tendida muerta en el suelo, por los dardos de la flecha de su propio padre.<br />

Don Alonso de Navarrete, al darse cuenta de lo que Curuxán había hecho, con su propia<br />

hija, quien era su prometida, a quien amaba tanto y con quien tenía planeado formar un hogar, salió

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!