2010_CEOCB_monografia Santiago Maravatio.pdf - Inicio
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<strong>Santiago</strong> Maravatío.<br />
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jardín. Allá por 1938 se plantaron casuarinas en el jardín, pero en forma desordenada, sin ninguna<br />
simetría. La señorita Esperanza Ruiz Chávez, presidente municipal, cortó todas las casuarinas y<br />
medio acondicionó los prados cubriéndolos de rosales que aunque sin sombra el jardín, todos los<br />
visitantes y vecinos, los admiraban.<br />
En uno de los diez períodos que tuvo Don Remigio Navarrete, como alcalde municipal,<br />
1878 a 1886, le puso unas bancas metálicas al jardín del pueblo, bancas que duraron mucho tiempo,<br />
pues todavía después de que se pusieron las de granito en 1945, existían las bancas mencionadas.<br />
Esas bancas se pusieron en el tercer tercio del siglo XIX. Don Remigio Navarrete no tuvo esos<br />
períodos consecutivos hubo seis ediles intermedios; eran épocas difíciles en que los presidentes ,<br />
muchas veces, duraban muy poco en el poder, con frecuencia eran sustituidos.<br />
Al transcurrir el tiempo, allá por la década de 1920, o antes, se perforó un pozo artesiano<br />
en el centro del jardín, en donde se hizo una pileta, a donde acudían las familias por el agua para<br />
realizar sus quehaceres domésticos. Al instalarse la red del agua potable, en 1971, después de<br />
algunos años, se clausuró la pileta y se puso una fuente con un libro abierto, labrado en cantera y una<br />
inscripción; otro presidente la cambió con otros adornos, y posteriormente se suprimió la pileta y se<br />
clausuró el pozo artesiano, quedando una placa metálica indicativa del lugar, donde en otros<br />
tiempos, existió el pozo del agua potable que satisfacía las necesidades de los vecinos más cercanos y<br />
de la mayoría del pueblo.<br />
En el año de 1945, fecha en que se instaló la luz eléctrica en <strong>Santiago</strong> Maravatío, siendo<br />
alcalde municipal Alfredo Ruiz, se pusieron unos postecitos metálicos en el centro de la correría,<br />
alrededor del jardín, piso de cemento y con la colaboración de los vecinos, se mandaron hacer y se<br />
pusieron unas bancas de granito.<br />
En el año de 1977 tomó posesión de la Presidencia Municipal la señorita Esperanza Ruiz,<br />
quien fue la primera mujer de <strong>Santiago</strong> Maravatío que ocupa el puesto de alcaldesa. En ese tiempo el<br />
jardín estaba lleno de casuarinas muy asimétricas, es decir, muy desordenadas y muy descuidadas<br />
que daban un aspecto nada agradable. Ella fue quien se decidió a quitar los árboles viejos y<br />
cambiarlos por nuevos en el jardín, dejarlo completamente descubierto, sin ninguna sombra, lo que<br />
daba una solanada completa.<br />
Esperanza Ruiz le dijo a su secretario Leandro Páramo Cardoso: “Vamos al vivero de<br />
Celaya para traer unas 25 aurecareas para plantarlas en el jardín, tráete unos $800.00 ó $1000.00, con<br />
eso es suficiente.” Se sorprendieron, porque al preguntar por el precio les dijeron que cada una valía<br />
$800.00, no la creyeron y otro día se fueron al vivero de Irapuato en donde el precio era de $1200, así<br />
se convencieron de que en Celaya no les habían mentido. Esa planta era muy cara en esos años.<br />
Después de lo visto se decidieron por algunos laureles de la India, jacarandas, tabachines y otros<br />
árboles muy bonitos. En los prados plantaron muchos rosales, los fertilizaron y bien cuidaron y al<br />
florecer se pusieron tan preciosos que todas las personas que nos visitaban se quedaban admirados<br />
de su belleza. La resolana causada por la falta de árboles y su sombra, era remplazada por el<br />
esplendor y belleza de sus flores. Se le pusieron unas bancas de cemento que poco duraron, no le<br />
daban vista agradable, pues eran puras planchas de cemento sin ningún adorno.