2010_CEOCB_monografia Santiago Maravatio.pdf - Inicio
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<strong>Santiago</strong> Maravatío.<br />
54<br />
humildad. Su mayor pena era causar la más leve molestia a los demás y por eso prefería vivir en<br />
soledad de anacoreta y, en sus intimas confidencias, me reveló que imploraba de Dios una muerte<br />
repentina para no ser carga a sus hermanos en una prolongada enfermedad. El Señor no se lo<br />
concedió, sino más bien le inspiró que buscase la comunidad en hora oportuna. Herido de muerte<br />
por la hepatitis, llegó a Yuririhapúndaro, procedente de La Tinaja, el 14 de diciembre de 1944 y,<br />
recibido y atendido con suma caridad por el P. Prior Fr. Alipio D. Rangel y el Párroco Fr. Felipe<br />
Chávez, en una semana preparó su alma para el gran viaje que emprendió a la hora del Angelus del<br />
día 21 de dicho mes y año. Fue un talento malogrado para la tierra, pero seguramente no para el<br />
cielo.”<br />
Del Padre Onofre A. Martínez, se dijo que le gustaba mucho tomar y un día temprano, pasó<br />
por una tiendita, ubicada en una esquina, frente al convento de Capuchinas, en Salvatierra, el dueño<br />
de la tienda, conociéndolo le invito una copita bien servida y después de servirle tres o cuatro, el<br />
Padre Martínez, se quedó dormido, recargado en el mostrador un buen rato, de donde se levantó y se<br />
fue a la Iglesia. En ese momento llegó su esposa (del dueño de la tienda) que había ido a misa y el<br />
tendero le dijo ¿ Por qué te tardaste tanto? Y ella le contestó: el Padre Martínez nos entretuvo,<br />
dándonos unos avisos ¡ hay qué mentiras, si el padre Martínez se acaba de ir. En eso entra otro señor<br />
a la tienda y le dice” Sí señor, el padre acaba de celebrar la misa, yo vengo de la Iglesia y recibí la<br />
comunión de su mano.”<br />
Otra ocasión, por maldad del Señor Don Jesús Chávez, en <strong>Santiago</strong> Maravatío, que bien lo<br />
conocía, al pasar frente a su casa y su tienda, le invitó una copa, la cual seguida de otras, se las tomó<br />
hasta quedarse dormido, cuando llegó su esposa de misa le dijo: ¡ Qué hacías que no te venías ¡ A lo<br />
que ella contestó: Me quedé dando gracias después de la comunión a lo que él le contestó: Sí el Padre<br />
Onofre se acaba de ir de aquí, no te creo, en eso pasaba el Sr. Murillo, quien le dijo: “Si, Don Jesús, yo<br />
vengo de misa que el Padre Fr. Onofre celebró, yo también acabo de recibir la Sagrada Comunión de<br />
sus manos. Quedando Don Jesús muy sorprendido.”<br />
II.9 FR. Isidoro Chávez<br />
El P. agustino Fr. Isidoro Chávez, llegó a <strong>Santiago</strong> Maravatío el 18 de abril de 1945, en donde<br />
permaneció año y medio escasito. Pero, inmediatamente después de su llegada, vio las<br />
circunstancias de descuido y maltrato en que estaba la Iglesia, razón por la cual, dio principio a su<br />
remodelación, y la creación de un colegio que sostuvo durante su estancia, el que continuó su sucesor<br />
Fr, Luis Mendoza Rivera.<br />
Primeramente hizo saber a las gentes del pueblo o feligresía que las condiciones del<br />
templo eran deplorables y , que por lo mismo, era indispensable una reestructuración, para lo cual<br />
era premeditado el sacrificio económico y el trabajo.<br />
Platicando con las personas principales de la vecindad y pidiendo opiniones para dar<br />
inicio a la obra de la Iglesia, se llegó a la conclusión de buscar un buen equipo de trabajo; para lo cual<br />
acudieron a los señores Pedro y Ángel Cruz, vecinos de Santa Ana Maya, Michoacán, quienes eran<br />
expertos pintores y hábiles decoradores.