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Santiago Maravatío.
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Yo no sé si las nubes de tu cielo,
Esos carros de llantos y gemidos
Son humaredas de mis sueños gratos
En mi efímera vida soñadora…
Yo no sé si esos velos de negrura
Con que guarda su luto triste noche,
Con crespones de duelo y de tinieblas
Colgadas en la puerta de mi pecho.
¿Quién sabe si esa luna silenciosa
Que viaja por la senda misteriosa,
Algo tiene blanco por mis sueños,
Mucho tiene de triste en mis tristezas?
Yo no sé si el perfume de tus rosas,
La sublime belleza de tus flores
Son incienso inmortal de mi plegaria
O mis lágrimas lúgubres de llanto.
¡Oh!, quien sabe si las cumbres de tus montes,
Los obscuros abismos de tus valles,
Sean ideales de mi alma idealizada,
Sean sepulcros de toda mi esperanza…
Y esas aves canoras de tus bosques,
Yo no sé si son notas de mi plectro
Encarnadas en medio los rumores,
Encarnadas en medio de tus frondas.
Y el llorar del arroyo gemebundo,
El temblor del rocío por las auroras,
Se parecen a mis ritmos somnolientos
Timideces de enfermos corazones.
Yo no sé, yo no sé si tus bellezas,
Hada gentil, ¡oh tierra solitaria
Tienen arrullos como tiene mi alma,
Tienen ternura cual mi ardiente pecho,
Yo sé que te amo con amor de vate,
Yo sé que te venero con mis versos,
El azul firmamento que te cubre
En la bella ilusión de mi esperanza….
Yo sé que la nostalgia que padezco