2010_CEOCB_monografia Santiago Maravatio.pdf - Inicio

alimentarlo con las aguas torrenciales de la época de lluvias; pero esto no dio resultado debido a que
ya casi no llueve y si llueve son puras lluvias o lloviznas ligeras que se consumen en la tierra y no se
deslizan sobre la superficie. Algunos manantiales de su rededor que aforaban el agua al cráter,
también disminuyeron su aforación.
En las faldas de Las Mesas de Santiago Maravatío que fue el lugar del asentamiento,
primero chichimeca y después purépecha, todavía podemos ver pedazos de obsidiana en dardos,
cuchillos, navajas y también tepalcates, manos de metate, así como figuras de distintas en las que se
puede observar la cerámica o alfarería de Chupícuaro, (lugar azul, en purépecha) conocida por su
refinada calidad en todos los confines de nuestro país y Centro América.
Así entre los años de 350 a 1000 de la Era cristiana, casi toda la parte oriental del estado de
Michoacán, cuenta con poblaciones derivadas de la tradición cultural de Chupícuaro, a las cuales se
agregaban grupos ñahñú (otomíes) que se extienden hasta el valle de Toluca, recibiendo las
influencias de Teotihuacan, (lugar a donde los dioses mandan a alguien, en mexicano o nahuatl)
mismas que al sobrevivir y evolucionar pudieron ser conquistadas por los purépechas, ya que por la
Relación de Michoacán sabemos que los señores: Hiripan, Hiquingari y Tangaxhoán después de
recibir los señoríos de Hihuatzio, Pátzcuaro y Tzintzuntzan respectivamente, se lanzaron a la
conquista de varios lugares, entre ellos, Chucándiro, Huaniqueo, Cuitzeo y Yuririhapúndaro.
(Piña Chan Ramón, Acerca del Viejo Cuitzeo, Págs. 13-25.) ( Rafael Almanza Pérez, Na Guadán, Pág.46.)
Tal vez se pueda decir: para qué tanto hablar de los purépechas, qué nos importa a
nosotros esa raza de indios.Esa raza de indios fueron nuestros ancestros y estamos obligados a
conocer primeramente lo de nosotros, a nosotros mismos y después a los demás y lo de los demás.
I.10 Las yácatas
Taríacuri, el verdadero rey Purépecha, sintiéndose viejo, repartió su imperio en tres
señoríos: entregándole a Hiquingari, su hijo, Pátzcuaro; a Tangaxoán, su sobrino, Tzintzuntzan, y a
Hiripan, su otro sobrino, Hiuatzio. En el año de 1425 salieron de Tiripetío (lugar donde se guarda el
oro) por el valle de Huayangareo y Queréndaro para llegar hasta Taximarca o Tajimaroa, hoy Ciudad
Hidalgo, de donde se regresaron para fundar Acámbaro, Querétaro, Xichú para dar vuelta y llegar a
Guanajuato, apoderándose de todo el estado. En ese mismo tiempo de 1425 llegaron los purépechas
a las mesas de Maravatío, donde estaba un asentamiento seminómada de chichimecas a los cuales
hicieron huir hacia el norte, apoderándose de sus doncellas y demás pertenencias. En esos años se
inició la construcción de las yácatas, teniendo esos montones de piedra, adornados o sin adornar, a la
fecha, 2003, una edad aproximada de alrededor de 580 años.
Las yácatas son montones de piedras acomodadas por los purépechas en las partes más
altas de las montañas, desde donde podían ver y observar, con claridad a distancia, y así poder
prepararse para defenderse de sus enemigos. Las yácatas eran montones de piedras en forma
cónica en donde se trepaban para ver a su rededor la representación de las danzas para honrar a sus
dioses; otras eran montones de piedras de forma oblonga, con el centro parejo, donde, las danzas,
realizaban sus ceremonia religiosas o de otra índole. Fueron centros ceremoniales o de observación,
propios de los purépechas.
Antecedentes
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