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2010_CEOCB_monografia Santiago Maravatio.pdf - Inicio

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<strong>Santiago</strong> Maravatío.<br />

166<br />

Gabriel salió huyendo de La Pila mientras se llegaba la temporada de cosechar el maíz y<br />

cuando ya habían cosechado algunos, Gabriel les dijo que recogieran el maíz para sus casas, que no<br />

esperaran a Don Victoriano para que se los repartiera, que ellos lo habían trabajado, que tenían más<br />

necesidad ellos que él. Los campesinos, trabajadores de Don Victoriano, tímidos, con todo su miedo,<br />

no aceptaron el consejo de Gabriel.<br />

Para esos días, Gabriel López, ya estaba muy alterado, le mandó pedir a Don Victoriano<br />

50 rifles con 50 cartuchos cada uno. Don Victoriano le contestó: “ Sí los tengo; pero para<br />

descargártelos en tu cuerpo, tal por cual.”<br />

Don Victoriano Ruiz se comunicó a Salvatierra por teléfono – ya en ese tiempo había un<br />

teléfono particular en casa de Don Ramón Murillo que había puesto él para atender sus negocios y<br />

que después, al irse para Salvatierra, vendió a Don Victoriano Ruiz. Don Ramón Murillo tenía una<br />

fábrica de aguardiente o alambique en la calle del Ángel, esquina con Juárez, para un lado y otro de la<br />

calle era propiedad de él.<br />

Don Victoriano Ruiz pidió un pelotón de saldados que le mandaron, comandados por el<br />

Teniente Cesáreo Bravo; todo el cuerpo militar iba vestido con camisa y calzón de manta blancos,<br />

huaraches de correas y sombrero de palma, propios de la época, y así llegó el Teniente Bravo, con su<br />

gente, a La Pila a la casa de Doña Férula, preguntándole por su compadre Gabriel. Doña Férula le<br />

contestó:” Señor, yo no sé donde está.” El Teniente Bravo le dice: “Señora, no me lo niegue, somos<br />

amigos, es mi compadre, venimos a alojarnos con él, venimos huyendo del gobierno. En eso Doña<br />

Férula vio a Gregorio Moreno y les dijo: “ Vayan con él, pensando que tenía más palabras para<br />

defenderse.” Gregorio Moreno se creyó del Teniente Cesáreo Bravo y le dijo que él les acababa de<br />

llevar de almorzar y los llevó hasta donde estaba Gabriel y sus compañeros.<br />

Una vez que llegaron a donde estaban, Cesáreo Bravo saludó a Gabriel diciéndole: “<br />

¡Cómo te va compadrito..!” Gabriel le contestó: “ Yo no tengo ningún compadrito, tal por cual, yo no<br />

sé ni que madre te envolvió..! Se agarraron a balazos y allí murió Gabriel López y su compadre<br />

Ignacio Flores.” Esto sucedió en un lugar llamado La Ceja del Aire al sur de la comunidad de La Pila.)<br />

Uno de los soldados le dijo a Gregorio Moreno, váyase ahorita que está entretenido;<br />

porque a Ud. también lo va a matar. Gregorio hizo caso, inmediatamente se fue y en cargó a su<br />

familia que los esperaba en el ojo de agua de Rancho Viejo, antes de llegar a la comunidad de La<br />

Huerta, para irse o dirigirse a El Obrajuelo donde tenía amigos o familiares. Así salvó su vida don<br />

Gollo.<br />

Se trajeron los dos muertos cargados en unas mulas para dar fe de los hechos y cinco<br />

prisioneros que antes de llegar a La Cantera, en el callejón, por el camino de El Dormido, allí los<br />

fusilaron; en la cerca y los mezquites, permanecieron, por mucho tiempo, las cruces que los dolientes<br />

colocaron donde los fusilaron.

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