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Santiago Maravatío.
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IX.7 El Sinarquismo
El sinarquismo fue una organización política o mejor dicho, un partido político, que
nació en la ciudad de León, Estado de Guanajuato, en el año de 1937, época en la cual todavía estaba
fresco el recuerdo de la Leyes de Reforma, por medio de las cuales, la Iglesia había perdido sus
haciendas y conventos, para lo cual se levantó el movimiento cristero asesorado por la Iglesia.
En la fundación del sinarquismo, entre muchos, los señores ricos de la ciudad de León,
como fueron: Manuel Cermeño, Manuel Abascal, Urquiza, José Trueba Olivares y muchos más
quienes como ricos que eran y conocedores de la elevación cultural política y en general de los
alemanes, allá a Alemania, se dirigieron a pedir consejo para la formación de un nuevo partido que
hiciera frente al partido dominante en México, el Partido Revolucionario Institucional, PRI.
Había descontento, en León, Gto. entre muchas personas, sobre todo a las más
inclinadas a la religión y a las que les quedaban resentimientos por haber sido muy apegadas al
partido Conservador de tiempos próximos pasados.
Dichas personas mencionadas trajeron a un señor de Alemania, perito en la política,
para que conociera el territorio de México, sus gentes con sus costumbres y tendencias políticas. Lo
llevaron por las principales ciudades de la República para que las conociera, así como su modo de
vivir en todos sus aspectos. También lo llevaron por las menos populosas y por las regiones en donde
viven las gentes más sencillas de México y los aborígenes.
Una vez que conoció y estudio la idiosincrasia de las etnias mexicanas, vio el apego del
pueblo de México a la religión y su fanatismo, motivo por el cual tuvo la idea del nuevo partido para
que fuera muy apegado a la religión.
Este individuo, de ascendencia alemana, platicó a quienes iniciaban el movimiento, que
tendría que ser un partido con todas sus bases y fundamentos de religiosidad católica por dos
razones fundamentales: los curas párrocos y sacerdote serían los elementos más fuerte en la
conducción y dirección de las masas , aunque de manera indirecta; pero muy positiva, ya que ellos
también estarían interesados en el asunto, en grado sumo, solapadito y discreto; la otra razón es que
el pueblo mexicano es de arraigo acendrado y fanático a la religión, y con estas bases sería seguro
que el movimiento se iría arriba y tendría un arraigo tremendo. Estas dos razones hicieron que el
partido del sinarquismo, en término de un año, estuviera extendido y establecido por todos los
rincones más recónditos de la república.
La ciudad de León fue la cuna del sinarquismo, porque allí nació. José Páramo Ruiz ,
vecino de este lugar, dice que la segunda cuna del sinarquismo fue Santiago Maravatío, dado que
frecuentemente estaba aquí Manuel Abascal en casa de Don Prisciliano Murillo, quien fuera el jefe
de los sinarquistas en el lugar. Todos los pueblos y comunidades circunvecinos acudían a Santiago
Maravatío para recibir pláticas relacionadas con el nuevo partido. Desde Santa Ana Maya,
Michoacán y rancherías aledañas acudían a este lugar para recibir orientación sobre el sinarquismo.
Recuerdo que cuando yo era niño, llegaban a la comunidad de La Lagunilla del Carmen,