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2010_CEOCB_monografia Santiago Maravatio.pdf - Inicio

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<strong>Santiago</strong> Maravatío.<br />

156<br />

El 17 de marzo de 1954, El Excmo. Obispo Auxiliar de Morelia, Dr. Salvador Martínez<br />

Silva, colocó sobre las sienes de la venerada Imagen de la Virgen del Buen Consejo una corona de<br />

oro, que sus amantes hijos de La Lagunilla del Carmen le ofrecen reverentes como testimonio de su<br />

amor.<br />

En el año de 1955 se le dio una reconstruida a la capilla y en 1956 se le puso la torre que<br />

edificó Don Vicente y su hijo, vecinos de Parácuaro, municipio de Acámbaro.<br />

El día 19 de noviembre de 1665, el Cabildo de Salvatierra otorgó a favor del convento de<br />

los frailes carmelitas, dos criaderos o sitios para ganado mayor y menor en términos de la hacienda<br />

de Maravatío, corriendo por la serranía de la parte sur, sólo que este terreno no era de Salvatierra;<br />

sino de <strong>Santiago</strong> Maravatío, puesto que la hacienda hasta el nombre de Maravatío lleva marcado.<br />

Esta merced fue confirmada por el Marqués de Mancera el 20 de julio de 1666 y refrendada por Don<br />

José de la Senda Morán. Poquito después de 1732, los carmelitas vendieron la hacienda a unos<br />

españoles, lo que muestra claro que La Lagunilla del Carmen fue fundada antes de esa fecha por los<br />

frailes carmelitas que hasta su nombre le dieron.<br />

La Lagunilla es un laguito natural situado en el filo de una loma que hace bajada hacia el<br />

este y el oeste y recibe las aguas torrenciales del periodo de lluvias, por la parte norte, del cerro<br />

Prieto, hasta el Tanque del Cerro y por la parte sur, del cerro de Los Lobos. Los carmelitas utilizaban<br />

este laguito como abrevadero de sus ganados.<br />

En la Estancia del Carmen de Maravatío, en el extremo poniente de la presa mocha,<br />

tenían un almacenamiento para recoger el maíz, frijol, garbanzo, habas y hasta trigo, que eran los<br />

productos del campo que por esta región se cultivaban; cuando ya transcurría el tiempo lo<br />

trasladaban a la ciudad de Salvatierra, en bestias que era el único medio de transporte de la época, en<br />

estos lugares, para satisfacer las necesidades del convento.<br />

Los viejos de La Lagunilla platican, mediante la tradición, que un grupo de vecinos de<br />

Uririreo, por sus malas costumbres, fueron expulsados de su comunidad y no viendo otro lugar más<br />

a propósito que La Lagunilla, se vinieron a establecer, ya que aquí no se les dificultaba agarrar los<br />

becerros y echarlos a la olla. A 1 km. aproximadamente, al este del laguito, había un ojo de agua y<br />

todavía permanecen los restos de las casas-habitación, cuyas paredes eran de piedra sobre piedra: A<br />

menos de 200 metros al norte del laguito también hay rastros de viviendas antiguas y todavía<br />

permanece un tanque que seguramente fue hechura de esas gentes.<br />

Campo deportivo.- El campo deportivo se formó desde 1956: entre la cerca del potrero de<br />

la hacienda y la cerca de la reserva, había un terreno bastante a propósito para convertirlo en campo<br />

deportivo; pero estaba dentro del terreno que le había quedado al dueño de la Hacienda después del<br />

reparto agrario. Un día que estaba Don Antonio Flores, (hijo) el joven Eliseo Cuna López les dijo a<br />

todos los muchachos que se ponían a jugar: vénganse, pásense para la reserva, vamos hacer el<br />

simulacro de limpiar un patio para jugar. Cuando los vio Antonio Flores (a) El Güero, les dijo: “¿Qué<br />

andan haciendo“? Eliseo contestó: Vamos a limpiar aquí, Güero, para jugar. Entonces el Güero les<br />

dice: “ ¡No! !no! ¡ Aquí no! Allá les doy, allá ya está limpio y está circulado; no hay otro lugar mejor que<br />

ese para que jueguen. Desde ese momento Eliseo Cuna López les dijo a sus compañeros: Ya todo está

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