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Santiago Maravatío.
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Despacho del Gobierno del año pasado de mandaron congregar como se congregaron todos los
pueblos sus circunvecinos con que se hizo mas opulento y estando en posesión y uso de sus tierras
con ocasión del pleito que entre el Convento de San Nicolás de Religiosos de San Agustín se sucitó
con los Religiosos del Carmen de Salvatierra, sobre ciertas tierras que lindaban con el pueblo de sus
partes y tranzación que entre dichos Conventos se libró, aunque fue calidad de ella y del
compromiso que se habían de dexar salvas al pueblo de sus partes, las tierras y exidos en
contravención de estos los dichos religiosos del carmen se han extendido a todas la tierras de sus
partes quedando sin ninguna para sus cementeras que es había obligado a la mayor parte de ellos y
desamparar sus pueblos y los pocos que quedaron en el recibian de los Mayordomos Criados y
sirvientes de los dichos religiosos del Carmen mucho daño hasta haberse arrojado y quitándoles las
campanas de su Iglesia y para que esto cesara y restituyesen dichas sus campanas y las tierras y
exidos que assi lo preocupaban que se les midiesen a sus partes las que les tocaban por pueblo
conforme a la Ordenanza amparándole en ellas.” (Jesús Guzmán Cíntora, Efemérides de Yuriria, Pág. 13)
Cristóbal Vicente de Rivera, a nombre del Gobernador, Alcalde Común y Naturales de
Santiago Maravatío, presentó una queja que llegó hasta Carlos V, Rey de España; en dicha queja se
reclamaban las tierras que los frailes agustinos de la hacienda de San Nicolás de los Agustinos y los
frailes carmelitas descalzos que merodeaban la región de Chochones, después Salvatierra,
exigiendo su restitución.
El Rey de España, Carlos V, mandó un decreto para que se entregara a los naturales de
Santiago Maravatío sus tierras adjudicadas y las campanas que los carmelitas descalzos les habían
recogido de su capilla. (Jesús Guzmán Cintora, Efemérides de Yuriria, pág, 13.)
La queja de Cristóbal Vicente de Rivera y el decreto del Rey de España, Carlos V, no marca
lugar ni fecha; pero seguramente fue en 1556 o antes, porque en este año, 1556, Carlos V , dejó el
reinado, entregando a su hermano Fernando el Imperio Alemán y las propiedades austriacas, y a su
hijo Felipe II, España, Italia, los países bajos y las colonias americanas, para retirarse a la vida
privada en el monasterio de Yuste, Cáceres, España, donde pagó su tributo a la naturaleza, el 21 de
septiembre de 1558, a las 2:00 de la madrugada. (Jesús Guzmán Cintora, Yuririapúndaro, pág, 36.)
XII.8 Decreto del Emperador Carlos V
“Nos Don Carlos por la Gracia de Dios Rey de Castilla de León de Aragón de las dos
Cecilias de Jerusalem de Portugal de Navarra de Granada de Toledo de Valencia de Galicia de
Mayorca de Sevilla de Cerdeña de Cordova de Córcega de Murcia de Jaen de los Algarbes de Algacira
de Gibraltar de las Islas de Canaria de las Indias Orientales y Occidentales Islas y tiera firme del
mar Oceano Archiduque de Austria Duque de Borgoña Bravante y Milan Conde de Absburgo y de
Flandes Tirol y Barcelona Señor de Viscaya y de Molina etcétera A Vos mi Justicia del Partido de
Yuririapúndaro sabed: como ante el Presidente y oidores de mi Audiencia Chancillería Real que
recide en la ciudad de México de la Nueva España. Ordeno se despachase a sus partes Real Provisión
para que por la dicha mi Justicia de esse Partido aberiguado el haberles quitado sus campanas se les
hiciesen restituir y conforme a la ordenanza que se insertase en la dicha Real Provisión les midiesen
las varas utiles que conforme a ellas les pertenecian en ellas y no permitiesen que las personas de
quien se quejan se les hiciesen molestias con penas que se les impusiesen y a vos mi dicha justicia y